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Avanza apropiadamente. La agónica victoria en Valladolid ha sentado bien y ahora sí se semeja más al del pasado curso. Asentado desde la medular con la dupla Rubén Alcaraz-Fede San Emeterio (de plenas garantías para Sergio), el equipo ofreció más. Arriba, con Negredo como referencia con la ayuda de Sobrino, se dejó apreciar más que jamás. Y atrás, para no perder la costumbre, Conan fue salvaje.

La absurda polémica del baile y los cánticos racistas provenientes de la afición rojiblanca minutos antes del partido configuraron el día de ayer un derbi de alto voltaje en el Metropolitano, que afinó sus cuerdas vocales para intentarle un averno a su vecino. Mas cuando el balón echó a rodar, el Atlético no supo de qué forma ganar y el derbi se lo llevó un Real Madrid considerablemente más práctico y leal a su filosofía, es un martillo. Y así, los de Ancelotti prosiguen como líderes invictos conducidos en volandas por múltiples jugadores en un estado de forma superlativo, con Valverde y Rodrygo al frente.