El Betis está tan metido en una inercia ganadora que hasta en días malos, como el de el día de ayer, es capaz de ganar. El Girona fue mejor en la yerba en la primera parte y en una buena parte de la segunda.
Mas en el minuto 70 todo cambió, en el momento en que un fallo grave de Samu Saiz lo aprovechó Borja Iglesias para hacer el segundo en su cuenta particular, que serviría al final para darle los 3 puntos a su equipo. Un conjunto verdiblanco que volvió a probar, una vez más, que, como su contrincante lo deje con vida o le dé algún regalo, a la mínima le puede asestar en un golpe mortal, como le pasó al equipo de Míchel en esa acción del 2-1.
El Betis brincó bien al campo. Intenso y de forma fuerte en la presión alta en ese 4-4-2 frecuente que tanto alterna con el 4-2-3-1. No obstante, el Girona, con un claro 5-3-2 y con una idea de juego definida, comenzó a tener la pelota y a desactivar a los verdiblancos. Riquelme y Reinier caían a la espalda de William Carvalho y Guido, y ahí los gerundenses hallaron la manera de hacer daño a la zaga bética, gracias asimismo a las subidas de un excelente Miguel Gutiérrez –percutió siempre y en todo momento ante Montoya y Ruibal apenas pudo frenarlo– y de Arnau. Y como prueba de ello, un 0-1 que llegó en una acción del lateral zurdo formado en el Real Madrid –tras apertura de Riquelme– que acabó el lateral derecho (Arnau). Jugada de equipo bien trabajado por Míchel. Y todo, sin obviar los inconvenientes que Taty Castellanos le produjo a la zaga bética, sobre todo a Pezzella. Y es que los centrales del cuadro verdiblanco no tuvieron tampoco muchas ayudas del doble pivote, que siempre y en todo momento tuvo superioridad (3 hombres) del Girona en esa zona, de ahí la comodidad en el juego de Oriol Romeu y Aleix García.
El Betis, en fase ofensiva, no estuvo nada fino. Sobre todo, pues fue el Girona fue el que tuvo más la pelota, con posesiones largas buscando siempre y en toda circunstancia la portería contrincante. Por esta razón no aparecieron ni William Carvalho –sólo con el 2-1 al jugar más liberado por la entrada de Paul– ni Canales, que tuvo un mal día, en la creación. Requería, entonces, el partido, sobre todo en la primera parte, agredir los espacios y solo Álex Moreno lo comprendió, al paso que en la derecha Luiz Henrique siempre y en todo momento la solicitaba al pie y los verdiblancos no tenían por ahí capacidad de sorpresa. No obstante, el Betis consiguió empatar de penalti a través de Borja Iglesias, su gran arma en ataque. Otro penalti para dentro y, más tarde, definición perfecta ante Juan Carlos, en el 2-1, para aprovechar el regalo de Samu Saiz. El Panda, indudablemente, fue la mejor nueva el día de ayer en el ataque bético, que padeció modificaciones con la entrada de Willian José, cayendo a la izquierda, y Rodri, protagonista en el empate, pasando a la derecha, con Carvalho en el lugar de Canales al entrar Paul para jugar con Guido. Así, procuró el Betis sentenciar a la contra sentenciar, mas no lo consiguió a pesar de una clara ocasión para Willian José.
El Betis brincó bien al campo. Intenso y de forma fuerte en la presión alta en ese 4-4-2 frecuente que tanto alterna con el 4-2-3-1. No obstante, el Girona, con un claro 5-3-2 y con una idea de juego definida, comenzó a tener la pelota y a desactivar a los verdiblancos. Riquelme y Reinier caían a la espalda de William Carvalho y Guido, y ahí los gerundenses hallaron la manera de hacer daño a la zaga bética, gracias asimismo a las subidas de un excelente Miguel Gutiérrez –percutió siempre y en todo momento ante Montoya y Ruibal apenas pudo frenarlo– y de Arnau. Y como prueba de ello, un 0-1 que llegó en una acción del lateral zurdo formado en el Real Madrid –tras apertura de Riquelme– que acabó el lateral derecho (Arnau). Jugada de equipo bien trabajado por Míchel. Y todo, sin obviar los inconvenientes que Taty Castellanos le produjo a la zaga bética, sobre todo a Pezzella. Y es que los centrales del cuadro verdiblanco no tuvieron tampoco muchas ayudas del doble pivote, que siempre y en todo momento tuvo superioridad (3 hombres) del Girona en esa zona, de ahí la comodidad en el juego de Oriol Romeu y Aleix García.
El Betis, en fase ofensiva, no estuvo nada fino. Sobre todo, pues fue el Girona fue el que tuvo más la pelota, con posesiones largas buscando siempre y en toda circunstancia la portería contrincante. Por esta razón no aparecieron ni William Carvalho –sólo con el 2-1 al jugar más liberado por la entrada de Paul– ni Canales, que tuvo un mal día, en la creación. Requería, entonces, el partido, sobre todo en la primera parte, agredir los espacios y solo Álex Moreno lo comprendió, al paso que en la derecha Luiz Henrique siempre y en todo momento la solicitaba al pie y los verdiblancos no tenían por ahí capacidad de sorpresa. No obstante, el Betis consiguió empatar de penalti a través de Borja Iglesias, su gran arma en ataque. Otro penalti para dentro y, más tarde, definición perfecta ante Juan Carlos, en el 2-1, para aprovechar el regalo de Samu Saiz. El Panda, indudablemente, fue la mejor nueva el día de ayer en el ataque bético, que padeció modificaciones con la entrada de Willian José, cayendo a la izquierda, y Rodri, protagonista en el empate, pasando a la derecha, con Carvalho en el lugar de Canales al entrar Paul para jugar con Guido. Así, procuró el Betis sentenciar a la contra sentenciar, mas no lo consiguió a pesar de una clara ocasión para Willian José.