Fútbol

La afición ya se ha entregado a su mister, como ocurrió la pasada temporada con Bordalás, como tabla de salvación de un proyecto deportivo que prosigue involucionando. Mientras que no se revierta esa situación (la era Lim ha enlazado 3 temporadas bajo los 8 primeros de la Liga algo que no ocurría desde la década de los 80) el carisma del adiestrador es de nuevo el faro que guía un proyecto. Con lo bueno y lo malo que eso representa.

Instantes de mucha tensión los que se han vivido en los banquillos de Stamford Bridge a lo largo del Chelsea-Tottenham de la segunda jornada de la Premier League. Entrada la segunda parte y con 1-0 en el marcador en favor de los blues, Højbjerg ha conseguido batir desde fuera del área a Mendy para hace el empate en el minuto 68.

Con ilusión no se ganan partidos. Ni tampoco con una serie de fichajes ilusionantes que provocaron, eso sí, el retorno masivo del barcelonista al Camp Nou. Ni firmando 21 remates, 6 de ellos a puerta, incluyendo dos tantos bien cancelados (a Lewandowski y después a Kessié), prueba de que el Barça de Xavi está en periodo de incubación, sometido como quedó por el Rayo que rigió la noche en la primera mitad y después resistió en un elogiable ejercicio protector, ayudado, además de esto, por la poca contundencia ofensiva blaugrana.

De vuelta a la Bundesliga, todo ello tras su travesía por la categoría de plata del futbol germano, el Schalke 04 ansía la ocasión de asentarse en la elite. Como es evidente, su adiestrador Frank Kramer hará lo indecible con el objetivo de armar un bloque de forma perfecta estructurado que se consolide en el entorchado que defiende el Bayern Múnich. Y su primer reto tendría sitio en el feudo del Colonia.