Fútbol

Tercera derrota en 4 jornadas del Sevilla FC. Un punto de 12 para los de Lopetegui, nuevamente retratados en las áreas por un Barcelona (0-3) que empezó indeciso, gracias al buen hacer en el achique de los andaluces, mas que asestó dos golpes mortales ya antes del reposo, primero a la contra y después sorprendiendo con un pase frontal, de los que ya no se levantó su anfitrión.

Terminó el Atleti sobre la portería de un Remiro al que se le multiplicaron las manos. Capaz de pararlo todo entre una avalancha de rojiblancos agobiados en el 1-1. Lo único que se le escapó fue ese balón de Correa, mas tal y como si no: el árbitro rehusó dar ley de el beneficio, la carencia de Merino sobre Grizi al comienzo de la jugada. Un árbitro cuyas resoluciones volaron de regreso a Madrid centrifugando en la cabeza del Cholo (lo que es mano en un gol en el próximo ya no) como ese canto, Ole, ole, ole, Sadiq, Sadiq, que estrenó un Anoeta que siempre y en toda circunstancia se atraganta.

El Atlético de Madrid venció en su visita a Mestalla frente a un Valencia que tuvo en sus manos dejar en casa los 3 puntos mas que se vio superado por un partido orate que a veces aburría y en otras enganchaba al televisión. Un gol reivindicativo de Griezmann solamente salir del banquillo en la segunda fue terminante a fin de que el Atlético ganara por segunda vez en la recién estrenada liga. Entre medias, un gol de Musah que celebró toda Valencia en el minuto 23 y que marcó el partido cuando fue cancelado, VAR a través de, por una falya anterior cometida por Diakhaby en el hurto de balón.

Informaba Luis García Plaza en la anterior que el Ibiza había justo puntuar en sus dos partidos iniciales y que seguro que brincaba al terreno de juego con un apetito desaforada. Y no se confundió el madrileño pues el conjunto celeste tuvo, en la primera mitad, a un portero concentrado, una defensa solvente, un Morante imperial, a Appin desbocado físicamente y a sus dos referentes atacantes de manera perfecta ordenados. Darío y Herrera hicieron mucho daño pues se comprendían perfectamente.