Fútbol

Final atroz para España. Una nefasta tanda de penaltis se volvió a cruzar en el camino de la Roja para terminar con su sueño de regresar a ganar un Mundial. Superar la muralla protectora de Marruecos fue imposible para un equipo plano, sin ideas en ataque y que recibió como castigo quedarse fuera de Qatar. Bono fue el héroe, parando los lanzamientos de Carlos Soler y Busquets, al tiempo que Sarabia lanzó el suyo al palo: esta España no es capaz de meter un gol ni en 3 penaltis.

Los aplausos de la grada prosiguen siendo suyos. El balón ya no lo es. Y Portugal medra hasta el infinito en esa nueva dialéctica que Cristiano Ronaldo estrenó con el futbol y con su selección la noche en la que España había de estar viendo su partido para conocer a su contrincante en cuartos y no lo estuvo. Lo observó Marruecos, siguiente escollo luso, que ya no teme a Cristiano sino más bien a Gonçalo Ramos, el hombre que mandó a dios al banquillo para erigirse como nuevo profeta de Portugal.