Al Tenerife le agradan los contrincantes más difíciles. Los que van arriba en la tabla. Los firmes aspirantes al ascenso. Derrotaron al Burgos en su casa y ayer de noche dieron buena cuenta de un Deportivo Alavés que estuvo desaparecido en combate a lo largo de 80 minutos, mas que se conectó al final para hacer padecer a los de Ramis.

Aún así, hicieron un enorme partido los blanquiazules en líneas generales, pese a que Gallego falló un penalti y de esos 16 minutos en los que el cuadro vitoriano se aproximó mucho al empate. Teto y Enric transformaron los tantos de una victoria tan justa como precisa para un equipo que comenzaba a tremer por la cercanía de la zona caliente de la tabla.

El comienzo de encuentro de los blanquiazules fue eléctrico. Desde el pitido inicial los locales mostraron más ganas que un Deportivo Alavés que se mostró sorprendido e procuró frenar el ímpetu del contrincante a base de reiteradas pérdidas de tiempo.

Mas el Tenerife era vertical y ensanchaba por las bandas el campo, en especial merced a la integración de los laterales, Mellot y Nacho. En un contragolpe bien ejecutado por Romero en el minuto 11, el balón termina en las botas de Teto, que se incorporaba desde segunda línea libre de marca. Pese a que el canterano pudo supervisar, le pegó de primera y el esférico se fue muy arriba.

En otra internada por una banda, un centro lo remata a un costado Enric Gallego, quien tuvo en sus botas la posibilidad de marcar el 1-0 en el minuto 31.
Iván Romero estuvo muy atinado poniendo con la cabeza cara atrás un balón que Maras se comió, por el hecho de que Enric consiguió meterse en medio para forzar en penalti claro que el agremiado de la batalla pitó sin ningún género de duda. Gallego se encargó del balón y lanzó de forma horrible. El punta tiró al centro de la portería y Sivera, que soportó de forma perfecta la situación, consiguió desbaratar prácticamente sin apuros la primera ocasión de gol clara del partido en el minuto 33.

Menos mal que Teto arregló la pifia de su compañero poco después. Centro de Mellot, mal control de Gallego que vio aparecer al canterano desde la segunda línea para fusilar en el fondo de la red. Golazo del chicharrero, tercero en su cuenta, y primero del partido.

En los minutos sobrantes de la primera parte, el Tenerife soportó bien su ventaja frente a un Alavés que jamás estuvo cómodo y se vio extensamente superado por el Tenerife.

La segunda parte arrancó con dos cambios, uno para cada bando. En la caseta se quedó Mellot y eentró en el lateral derecho Buñuel. García Plaza, superado en la batalla táctica por Ramis en la primera parte, metió a Laguardia por Maras.
Sivera, el portero del Alavés, se llevó un buen susto solamente reiniciarse las hostilidades con un centro chut de Nacho que el meta sujetó con el cuerpo por fuera de la línea de fondo. Solo fue un aviso de lo que llegaría ahora.
Minuto 50.

Aitor Sanz recobra en su área y favorece un contragolpe con final feliz. Condujeron Waldo y Nacho prácticamente a la par, para terminar abriendo a Iván Romero, que asimismo proseguía de cerca la jugada. El hispalense se concretó cara el centro conduciendo la pelota hasta el momento en que halló un huco para fusilar a Sivera.

Solo el palo largo de la meta vitoriana evitó el 2-0. No obstante estaba con la caña preparada Gallego para resarcirse del mal penalti que tiró. El ariete no disculpó sta vez y transformó el 2-0 para alegría de un Rodríguez López que respiraba aliviado.

Los minutos fueron pasando y cuando el Alavés parecía haber bajado los brazos, se encontraron con un golpe de suerte que les metió en el partido. Un tanto de Sylla desde fuera del área y con una extraña parábola que se ‘comió’ Soriano pensando que el balón iba fuera, provocó el sufrimiento de los blanquiazules en una recta final en la que el Alavés llegó a estrellar un remate en el palo de la meta tinerfeña.