Francia se deshizo de Polonia para meterse en cuartos merced a una exhibición de Mbappé, que marcó un doblete y dio la asistencia de primer tanto a Giroud. Un tanto del ariete del Milan que sirvió para abrir la lata y transformarle, con 52 tantos, en el máximo goleador histórico de la selección 'bleu', superando a Thierry Henry. Kylian ya lleva exactamente los mismos tantos que Messi en un Mundial (9) y semeja que no tiene techo. Su potencia es un valor seguro para Deschamps y los suyos, una carta ganadora.

La selección francesa ejercitó de actual campeona y fue a por el partido desde el principio, quisiendo imponer su talento sobre el infatigable trabajo polaco. Francia, con 3 mediapuntas top como Dembélé, Griezmann y Mbappé, que abusaba por el carril izquierdo de Cash y el veterano Glik, que aparecía para asistir a su compañero. Mas aún así, el del PSG hizo lo que deseó desde el principio.

Asimismo Dembélé, escorado por Koundé que jugó de lateral, mostró una buena versión por la derecha. Al extremo barcelonista le acompaña un contexto que le demanda prácticamente la excelencia para jugar arriba. Tiró múltiples diagonales y fue el primero que probó a Szczesny con un diparo lejano, mas centrado. Se le vio eléctrico, si bien en ocasiones, como en el Barcelona, le faltó algo de control en los metros finales.

El dominio era absoluto de la campeona que asimismo juega con ese cartel en el momento de demandar a los árbitros. Mas Polonia se mostró siempre y en toda circunstancia competitiva. Comenzando por su capitán, Robert Lewandowski, que acepta su rol con humildad y se entrega como un obrero del futbol más. Trabajador incesante y luchador de cada balón. Como una jugada en la que sacó petróleo delante del área en el ecuador del primer tiempo. Metió el cuerpo para ganar ventaja y halló espacio para disparar. El esférico se fue fuera, mas despertó a los suyos y atemorizó a Lloris, que ante Polonia igualó a Lilian Thuram como futbolista francés con más internacionalidades (142).

Tanto es así, que los polacos tuvieron dos ocasiones para avanzarse. Polonia se fue desacomplejando y un centrochut de Cash se paseó por el área pequeña sin que ningún compañero la desviase a la red. Si bien la más clara fue una triple ocasión a boca de gol. Primero Lloris sacó el derechazo de Zielinski a quemarropa. El meta francés volvió a sacar el primer rechace y después Varane, bajo palos, el último remate de Kaminski. ¿De qué manera pudieron fallar eso? Incomprensible.

Y a Francia no le puedes dar una vida extra por el hecho de que la aprovecha. Así que llegó el gol de Giroud ya antes del reposo. El delantero de Milan recibió un pase magistral de Mbappé tras tirar la diagonal perfecta y cruzó ante Szczesny para abrir el marcador y hacer historia.

El tanto dejó tocada a Polonia, que supo recobrarse en el segundo tiempo. Es más, a Francia no se la hallaba completamente cómoda y cada vez se tiraba más atrás. Tanto, que Griezmann debió despejar un balón desde su punto de penalti, sacando agua. Y de ahí nació la sentencia.

Lo bajó Giroud, pinchándola en el círculo central con su elegancia particular. La abrió a la derecha y corrió Dembélé. El extremo blaugrana levantó la cabeza para cruzar su asistencia al otro costado. Una diagonal que dejó solo a Mbappé, que se sacó un trallazo irrefrenable para Szczesny.

Lo festejaron los franceses, saltando ante Kyllian, que posaba para la fotografía. Mas no tuvo bastante el delantero de PSG. Se guardó un último truco para el añadido. Otro genuino golazo. Recibió de Marcus Thuram en la izquierda y la puso a la escuadra. Prácticamente nada.

Por último, ya en el último minuto, Lewandowski maquilló el resultado marcando de penalti. Primero falló, mas el agremiado lo hizo reiterar y el blaugrana no disculpó y volverá a Barcelona con dos dianas en Doha.