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Una noche gloriosa de Oihan Sancet, autor de un 'triplete', levantó el ánimo del decaído Athletic Club, que ganó 4-1 al Cádiz en San Mamés para liquidar la mala ráfaga de solo dos puntos en 5 partidos coincidiendo con el regreso de Ernesto Valverde a la triunfante fórmula de comienzo de curso juntando al hoy trigoleador con el capitán Iker Muniain.

El final, tumultuoso y controvertido, fue lo peor de un buen partido donde el Celta descosió con 4 golazos a un Betis que estuvo admisible en ataque y fue un horror en defensa. La roja a Luiz Felipe por una supuesta agresión a Aspas en el prolongue manchó un enorme encuentro, de forma especial de los gallegos. No aprenden los jugadores del Betis, que amontonan una expulsión tras otra para desesperación de su técnico, Manuel Pellegrini. El Celta tuvo una enorme eficiencia y el Betis, un flan en defensa, tuvo arrestos para ir a por el empate con todo perdido con una enorme ocasión de Edgar.

El Real Madrid prosigue empeñado en sostenerse en la lucha por el título. Los blancos asimismo sumaron los 3 puntos en el partido aplazado por la disputa de la Supercopa de España y consiguen sostener los 5 puntos de ventaja en comparación con Barcelona, si bien a costa de sumar dos nuevos jugadores a la lista de lesionados, Militao y Benzema. Marco Asensio y Vinicius firmaron los dos tantos en el arranque del segundo tiempo. Al cuadro blanco le bastó pisar el acelerador tras el reposo para desmontar a un Valencia que prosigue temblando y sin ofrecer síntomas de mejora tras la salida de Gattuso.
El Betis soportó mucho frente a un Barcelona de 4 centrocampistas, una táctica que favorece el juego de ataque de futbolistas tan activos como Gavi y Pedri, un estorbo incesante. El Betis se sostuvo merced a la figura de Rui Silva, un portero que va a más y que fue un muro frente a los disparos de Pedri, que procuró el gol si bien el portugués le cerró todos y cada uno de los caminos. Hasta el momento en que llegó el minuto 65. Aitor Ruibal le hizo una clara falta a Gavi. El balón le llegó a Guardado, recién entrado en el terreno de juego.