El Rayo Vallecano volvió a imponer su ley a domicilio para someter a un Villarreal de más a menos que no supo sacar provecho de su gran primera parte y que vio truncada su racha de cinco jornadas seguidas sin perder. El gol de Camello en el 70 premió la mejoría tras el descanso del equipo de Iraola, que no pierde lejos de Vallecas desde el 8 de octubre.

La propuesta ofensiva y de presión a todo campo de ambos entrenadores propició un arranque de partido tan intenso como deslavazado. Ni Villarreal ni Rayo podían ni querían poner orden a un ida y vuelta de lo más precipitado pero la mayor calidad de la delantera de Setién permitió a los locales amenazar con frecuencia y peligro a Dimitrievsk. El primero en avisar fue Pino nada más empezar el encuentro pero su disparo cruzado no cogió portería.

En ese caos general emergió Alex Baena, un centrocampista que se siente como pez en el agua cuando se incrusta entre las filas enemigas. El canterano empezó a hacer estragos a la espalda de Ciss y Comesaña mientras Chukwueze y Gerard martirizaban a los centrales visitantes, desbordados por la movilidad grogueta.

En plena crecida del Villarreal, Dimitrievski se multiplicó para evitar una doble ocasión clarísima. Primero Baena le obligó a una gran estirada con un disparo lejano e inmediatamente después tapó su propio balón rechazado cuando Capoue ya se relamía dentro del área.

En los compases finales del primer tiempo el Rayo se sacudió el dominio local y Ciss tuvo en sus botas el 0-1 pero no acertó en su remate de tacón. A pesar de los intentos de uno y otro equipo, el marcador no se movió antes del descanso.

En el arranque de la reanudación bien pudo ver la segunda amarilla Ciss por una falta sobre Capoue pero Pulido Santana le perdonó la expulsión al senegalés. El duelo se endureció porque el Rayo subió una marcha más en su presión y el cambio de guion desnaturalizó a un Villarreal que perdió el hilo del encuentro.

El cuadro de Iraola olió sangre y siguió percutiendo ante un rival incapaz de reaccionar y cambiar la tendencia. A 20 minutos del final, cuando mejor estaba el Rayo, un saque de banda en campo propio propició el 0-1. Fran García jugó en corto para Trejo y el argentino, de memoria, se giró y puso un balón largo por la izquierda para la carrera de Camello. Jorgensen trató de corregir el desajuste pero se quedó vendido a media salida y el delantero castigó su error de cálculo con el 0-1 (70’). Para desgracia del Villarreal, ya volcado en busca del empate, Foyth se resintió de sus problemas en el hombro y tuvo que ser cambiado por lesión.

Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo del equipo de Setién, muy precipitado y sin ideas ante un Rayo que cerró con autoridad todos los caminos al gol para amarrar tres puntos clave a domicilio.