Fútbol

Un Barça triste y palpablemente deprimido sudó sangre para cumplir con la meta de mínimos en frente de un Osasuna que solo con orden atrás ya bloqueó a los blaugranas en ataque. Tirando más de corazón que de futbol, la insistencia de los de Xavi en la última media hora halló el premio en un cabezazo de Vitor Roque, que consiguió su primera diana como barcelonista. La noche fue nuevamente muy insípida en Montjuïc mas sirve al Barça para separarse a 5 puntos del Athletic, quinto clasificado.

Tras la dura supresión en los cuartos de la Copa frente al Athletic en San Mamés, el Barça precisaba una reacción y un golpe encima de la mesa para no perder el tren de la Liga. Esta llegó, mas se quedó a medias. Los barcelonistas bogaron a contracorriente, tras ponerse 0-2 por detrás en el marcador, tras dos fallos protectores resonantes. Gündogan, Pedri y Bailly en propia puerta desataron la insensatez en Montjuïc, que fue suplantada por la incredulidad y los pitos con 3 jarrones de agua fría de Guedes, Sorloth y Morales en el tramo final para cerrar el 3-5 final.
El conjunto grancanario se quedó otra vez con la miel en los labios de poder puntuar contra uno de los grandes del futbol de España. Javi Muñoz adelantó a los amarillos, que padecieron ciertas resoluciones arbitrales polémicas. El Real Madrid terminó remontando en un partido donde los amarillos merecieron más. Un solo cambio efectuó Xavi García Pimienta con respecto a los dos últimos partidos que se saldaron con victoria ante Villarreal y Rayo Vallecano. Para este partido, el técnico barcelonés decidió dar entrada a Marvin Park por Juanma Herzog, pasando Álex Suárez al centro de la defensa.

Bochorno arbitral en el Bernabéu. A la UD Almería le quitaron la victoria frente al Real Madrid en un partido épico donde solo dos personas podían eludir una tarde histórica para el futbol de nuestra provincia. Hernández Maeso, desde el césped, y Hernández Hernández, en el VAR, pusieron todo de su parte a fin de que el preferido, el grande, el aspirante al título, superara una tarde en la que once guerreros vestidos de rojiblancos probaron que con corazón, esmero, y futbol, se puede ganar en un escenario como el Bernabéu. Y exactamente la casa del la villa de Madrid le vino muy grande al principiante extremeño. Su ‘compañero’ Hernández Hernández tampoco le asistió a tomar las resoluciones adecuadas.