Si hace un mes el Getafe CF, con un definitivo 0-3, terminaba con la triste etapa de Diego Alonso al frente del Sevilla FC y provocaba el desembarco de Quique Sánchez Flores, los nervionenses devolvían el golpe este 16 de enero en una eliminatoria de octavos de la Copa del Rey que pintaba a priori conveniente.

Por el factor campo y la trayectoria reciente, de un cuadro azulón que reaccionó al tempranero golpe al mentón de Ramos a través de Mata, mas que cedió en un vital comienzo de la segunda mitad frente a la pujanza de Ocampos e Isaac, efectivos al contragolpe para recoger el guante lanzado por su entrenador: el campeonato del K.O. es el camino más directo cara Europa, puesto que, por segunda campaña sucesiva, lograrlo vía LaLiga, con el descenso como impenitente amenaza, se antoja quimérico. En tiempos de guerra, cualquier orificio es trinchera. Y en la de los cuartos se está muy calentito.

El primero en pegar, como se ha dicho, fue el conjunto blanquirrojo, que informó en una contra de Ocampos que Gastón Álvarez interrumpía antes que Isaac Romero pudiera remachar, si bien el consecuente córner lo botó Suso a fin de que Sergio Ramos, muy, muy poderoso por alto, cabeceara a la red a los 8 minutos. Sorpresa en el Coliseum, no por historia, claro, mas sí por la trayectoria reciente de los dos conjuntos, si bien Bordalás ya informaba en la víspera del recelo que le provocaba el cruce con un especialista en estas lides eliminatorias. El plan de Quique, que volvió a la defensa de 5 y apostó meridianamente por el repliegue y las transiciones, salía de gran lujo solamente arrancar. Trató de rehacerse el anfitrión, con Greenwood como profesor de liturgias, si bien fue Juan Iglesias el que prácticamente sorprende desde lejos al principiante Alberto Flores, substituto sobre la bocina del lastimado Dmitrovic, con un centro-chut que se envenenó.

El empate no tardaría en llegar, justo a las puertas del ecuador de esta fase inaugural, puesto que resurgieron los frecuentes fallos protectores del conjunto nervionense: centro al área del inglés sin aparente riesgo que no despeja Ramos, sino lo peina, y distraiga en la marca de Nianzou y Juanlu que deja solo en el codo con codo a Mata, resolutivo de vaselina. El creador del 1-1, que asimismo 'mojó' el 16 de diciembre en el Sánchez-Pizjuán, solicitó a renglón seguido penalti, si bien el agarrón del quinteño tampoco pareció para tanto, lo mismo que apreció Muñiz Ruiz. Las sensaciones de encuentro parejo y alterno ya no eran semejantes, con la presión tras pérdida azulona como elemento desequilibrante. Los madrileños olieron sangre y prosiguieron probando desde lejos al joven cancerbero sevillista, que vaciló en otro servicio lateral sin consecuencias y decidió utilizar ya los puños en el caso de inseguridad.

La reanudación se presentaba emocionante. Y los de Quique repitieron lo de la primera parte, apretando de veras a su contrincante. El resultado, otro gol tempranero, el estreno de Isaac Romero con la plantilla matriz: el lebrijano cabeceó con fiereza a la escuadra el servicio de Ocampos, que se favoreció de la desidia de Gastón Álvarez en el momento de retroceder. Y no quedaría ahí el volteo, puesto que el '20' volvió a mostrarse mortal a los diez minutos, nuevamente tras una galopada del argentino y a pase del omnipresente Djibril Sow. Un par de fallos de Alberto Flores al blocar sendos balones colgados hicieron temer por la jugosa ventaja, mas el fontaniego se rehizo de forma rápida para frustrar los deseos de Borja Mayoral y corrigió asimismo ahora en frente de Ünal, haciendo bueno el oficio y la confianza con los que los nervionenses controlaron la situación y fueron haciendo que el reloj cronómetro avanzara sin mayores incidentes. El mareante Jordi Martín hizo estragos por la izquierda, Greenwood no dejó jamás de procurarlo y Óscar Rodríguez lo procuró dese lejos, mas el Sevilla no flojearía.