Pinchazo de Alemania para rememorar a todos que es posible que sea una de las aspirantes a ganar el Mundial de Qatar, mas eso hay que probarlo en el campo y que Japón va a dar mucha guerra. La primordial contrincante de España puso a Japón contra las cuerdas en una exhibición de de qué forma abrir en canal a un contrincante protegido en su área. Los asiáticos trataron de resguardarse cerca de su meta mediante una defensa compacta, ordenada y férrea.
Alemania probó un futbol vertical, veloz y eléctrico que cortocircuitó los planes de Japón, que solo perseguían sombras en defensa. El inconveniente fue que los teutones disculparon demasiado y lo pagaron carísimo en la segunda parte. Los nipones subsistieron y dejaron al planeta sorprendido en la segunda parte en una victoria histórica. Absolutamente nadie va a obsequiar nada en este campeonato.
Alemania se adelantó de penalti en el primer tiempo. Una acción torpe del portero japonés, Shuichi Gonda, sobre el lateral zurdo David Raum hizo que Ilkay Gündogan ejecutase la pena máxima con frialdad y adelantara a los alemanes. En la segunda, Japón igualó por medio de Doan. Con todo el ataque revolucionado y Alemania atónita y sin pólvora, Japón se lanzó a por la victoria frente a un conjunto noqueado por un empate que no aguardaba tras rozar la sentencia. Asano batió a Neuer por su palo en una jugada que cogió al sistema protector alemán en mal momento. La cara de Hansi Flick en el banquillo de Alemania era un poema.
En una anterior marcada por el seísmo generado a causa del veto de la FIFA al brazalete arcoíris que deseaban vestir escojas como Dinamarca, Inglaterra, Gales o la propia Alemania, los jugadores protestaron en un ademán que ya es historia de los Mundiales. El equipo titular se llevó la mano a boca en un claro ademán de desaprobación mientras que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, observaba en la grada. "Negarnos el derecho a llevar el brazalete arcoíris es igual que cerrarnos la boca y dejarnos sin voz. No se trataba de hacer una declaración política: los derechos humanos no son discutibles", explicaba la propia Federación Alemana en sus redes sociales el día en que Dinamarca anunció que se plantea desamparar la FIFA... y no es la única.
Los minutos avanzaban y la escenificación japonesa era seria. Solo Rüdiger, en un saque de esquina, pudo conminar la seguridad asiática en los primeros acompases del duelo. Su cabezazo se fue fuera por poco. Desde ese instante, Alemania aumentó su peligrosidad. Kimmich probó fortuna desde fuera, explicando que la lata se puede abrir de muchas formas diferentes. Respondió Gonda, mas Japón achicaba agua sin parar en una banda derecha que estaba hundiéndose con Sakai superado e Ito perdido.
Alemania prosiguió atacando con centros laterales, disparos desde la frontal, como el de Gündogan, y mediante la profundidad de Raum en la banda izquierda. En una de esas acciones del lateral zurdo, Gonda derruyó a Raum de forma torpe cuando procuraba regatearlo y el árbitro no vaciló. Gündogan, fiable en las penas máximas, batió al meta japonés. Pudo ser peor, pues Kimmich rozó el 2-0 con otro misil desde fuera del área y pues el gol de Havertz, ya al borde del reposo, fue cancelado por situación irreglamentaria de Gnabry en el instante de la asistencia.
Se llegó al reposo tras una ocasión peligrosa para Japón, mas sin apenas noticias de los futbolistas ofensivos nipones (Maeda, Kubo o Kamada) en el global. El seleccionador japonés, que había visto algún contragolpe peligroso de su equipo, Hajime Moriyasu, tomó medidas radicales. Se fue Kubo, futbolista de la Real Sociedad, y entró Tomiyasu, lateral del Arsenal. Alemania embestía e imprimía temor en ataque... mas Japón se estiraba al contragolpe. Gnabry primero y Musiala después conminaron con el 2-0. Hasta Gündogan estrelló el balón en el poste.
Japón no se rindió y el recién incorporado Asano tuvo un par de ocasiones para poner las tablas en Qatar. La segunda parte estuvo considerablemente más igualada y Rüdiger debió abortar un contragolpe de Ito con una carrera marca de la casa. Alemania tuvo ocasiones increíbles. Gnabry en un par de ocasiones y Hofmann otra tras un pase medido de Kimmich, mas Gonda se mostró inexorable. Alemania no mataba el encuentro y Endo puso una asistencia en bandeja de plata a Ito, que forzó la mejor versión de Neuer con una mano salvadora.
Japón quemó todas y cada una de las naves para empatar. Mitoma puso un balón exquisito al espacio, Minamino picó al espacio, dibujó un centro envenenado que Neuer despejó y cazó Doan. A placer, el jugador asiático no falló. Alemania entera se preguntaba de qué manera podía haber perdonado tanto en una tarde donde podría haber conseguido una goleada y ahora se veía igualado en el marcador. Así son los Mundiales. No obstante, lo peor estaba por venir. En una jugada apartada en el minuto 82, un balón largo sobre Asano acabó con Schlotterbeck desparramado, Neuer encajando un gol por su palo y la grada enloquecida. Alemania, que no reaccionó lo bastante en el tiempo sobrante pese a un descuento que jamás parecía terminar, tuvo una ocasión muy clara en los pies de Goretzka, mas volvió a disculpar. Otra vez. La selección teutona se estrena con derrota y se pone en serios problemas para lograr el billete a octavos.
Alemania se adelantó de penalti en el primer tiempo. Una acción torpe del portero japonés, Shuichi Gonda, sobre el lateral zurdo David Raum hizo que Ilkay Gündogan ejecutase la pena máxima con frialdad y adelantara a los alemanes. En la segunda, Japón igualó por medio de Doan. Con todo el ataque revolucionado y Alemania atónita y sin pólvora, Japón se lanzó a por la victoria frente a un conjunto noqueado por un empate que no aguardaba tras rozar la sentencia. Asano batió a Neuer por su palo en una jugada que cogió al sistema protector alemán en mal momento. La cara de Hansi Flick en el banquillo de Alemania era un poema.
En una anterior marcada por el seísmo generado a causa del veto de la FIFA al brazalete arcoíris que deseaban vestir escojas como Dinamarca, Inglaterra, Gales o la propia Alemania, los jugadores protestaron en un ademán que ya es historia de los Mundiales. El equipo titular se llevó la mano a boca en un claro ademán de desaprobación mientras que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, observaba en la grada. "Negarnos el derecho a llevar el brazalete arcoíris es igual que cerrarnos la boca y dejarnos sin voz. No se trataba de hacer una declaración política: los derechos humanos no son discutibles", explicaba la propia Federación Alemana en sus redes sociales el día en que Dinamarca anunció que se plantea desamparar la FIFA... y no es la única.
Los minutos avanzaban y la escenificación japonesa era seria. Solo Rüdiger, en un saque de esquina, pudo conminar la seguridad asiática en los primeros acompases del duelo. Su cabezazo se fue fuera por poco. Desde ese instante, Alemania aumentó su peligrosidad. Kimmich probó fortuna desde fuera, explicando que la lata se puede abrir de muchas formas diferentes. Respondió Gonda, mas Japón achicaba agua sin parar en una banda derecha que estaba hundiéndose con Sakai superado e Ito perdido.
Alemania prosiguió atacando con centros laterales, disparos desde la frontal, como el de Gündogan, y mediante la profundidad de Raum en la banda izquierda. En una de esas acciones del lateral zurdo, Gonda derruyó a Raum de forma torpe cuando procuraba regatearlo y el árbitro no vaciló. Gündogan, fiable en las penas máximas, batió al meta japonés. Pudo ser peor, pues Kimmich rozó el 2-0 con otro misil desde fuera del área y pues el gol de Havertz, ya al borde del reposo, fue cancelado por situación irreglamentaria de Gnabry en el instante de la asistencia.
Se llegó al reposo tras una ocasión peligrosa para Japón, mas sin apenas noticias de los futbolistas ofensivos nipones (Maeda, Kubo o Kamada) en el global. El seleccionador japonés, que había visto algún contragolpe peligroso de su equipo, Hajime Moriyasu, tomó medidas radicales. Se fue Kubo, futbolista de la Real Sociedad, y entró Tomiyasu, lateral del Arsenal. Alemania embestía e imprimía temor en ataque... mas Japón se estiraba al contragolpe. Gnabry primero y Musiala después conminaron con el 2-0. Hasta Gündogan estrelló el balón en el poste.
Japón no se rindió y el recién incorporado Asano tuvo un par de ocasiones para poner las tablas en Qatar. La segunda parte estuvo considerablemente más igualada y Rüdiger debió abortar un contragolpe de Ito con una carrera marca de la casa. Alemania tuvo ocasiones increíbles. Gnabry en un par de ocasiones y Hofmann otra tras un pase medido de Kimmich, mas Gonda se mostró inexorable. Alemania no mataba el encuentro y Endo puso una asistencia en bandeja de plata a Ito, que forzó la mejor versión de Neuer con una mano salvadora.
Japón quemó todas y cada una de las naves para empatar. Mitoma puso un balón exquisito al espacio, Minamino picó al espacio, dibujó un centro envenenado que Neuer despejó y cazó Doan. A placer, el jugador asiático no falló. Alemania entera se preguntaba de qué manera podía haber perdonado tanto en una tarde donde podría haber conseguido una goleada y ahora se veía igualado en el marcador. Así son los Mundiales. No obstante, lo peor estaba por venir. En una jugada apartada en el minuto 82, un balón largo sobre Asano acabó con Schlotterbeck desparramado, Neuer encajando un gol por su palo y la grada enloquecida. Alemania, que no reaccionó lo bastante en el tiempo sobrante pese a un descuento que jamás parecía terminar, tuvo una ocasión muy clara en los pies de Goretzka, mas volvió a disculpar. Otra vez. La selección teutona se estrena con derrota y se pone en serios problemas para lograr el billete a octavos.