Este Valencia ilusiona, al tiempo que el Getafe rememora sus fantasmas de la pasada temporada (5-1)

EI Valencia pasó sobre el Getafe con un arranque tan eléctrico como efectivo. El partido quedó resuelto apenas cumplidos 16 minutos del mismo. Los tantos de Lato, Lino y Castillejo hicieron que el luto por Carlos Soler pasase veloz y sin precisar inyectar el antídoto Cavani. La victoria concluyentes de los de Gattuso, potenciada en el marcador por los tantos de Nico y Hugo Duro, deja entre mil dudas al cuadro azulón de Quique, cuyo eje central hace aguas sea con defensa de 5 como jugó en las dos primeras jornadas o de 4 como hiciese en Mestalla.

Afirmaba Gattuso en la anterior que deseaba que el público se fuera contento a su casa por la victoria y no solo por el juego de los suyos, y sus alumnos consiguieron las dos cosas. La química con la grada es uno de los pluses que ha traído el italiano. Su Valencia plasmó con tantos las buenas sensaciones que hasta la data transmitía.

Fue Lato, quien lucía brazalete de capitán tras la marcha de Soler y la ausencia de Gayà, el que abrió el marcador. Hacía un par de años que el canterano no veía puerta y lo hizo de forma excelsa: recorte con la izquierda y zapatazo a la escuadra con la derecha. Su gol fue tremendo y su celebración, puro sentimiento.

Ese gol dejó en shock al Getafe, que ya no despertó, y incitó al Valencia, que tenía a Guillamón y Nico, en su estreno como titular, de directivos de orquesta. Así, en pleno vendaval, llegó el tanto de Lino, que ejecutó a David Soria tras soberbia asistencia de Musah. Y apenas minuto después, Castillejo, tras fallo del meta azulón, fortalecía la algarabía de la grada y ponía la puntilla a los de Quique, que desde tribuna no daría crédito a lo que veía.

Quique trató de darle otro aire a su equipo con la entrada de Munir, Maksimovic y Gastón. Mas ni con esas. El Valencia, con paciencia en su creación y sin perder vez el colmillo, redondeó la manita por mediación de Hugo Duro, que lo festejó con la boca pequeña por respeto a su pasado, y Nico, de cabeza tras saque de córner.

Ni el gol de Gastón suavizó el manotazo que recibieron en Mestalla los azulones, un equipo difuminado y sin identidad, al que el VAR le privó de maquillar el resultado instando a que Iglesias Villanueva corrigiera su resolución de pitar penalti en un forcejeo de Foulquier con Iglesias. Por si fuesen pocos males, Quique no va a poder contar con Arambarri la próxima jornada, tras ser expulsado en el último segundo. Todo lo opuesto que el Valencia, un equipo que se agradó de principio a fin, cuyos únicos grises fueron el golpe en la cabeza que recibió Marcos André (que le llevó al centro de salud) y la expulsión de Ilaix, que en su reestreno como che y en 17 minutos vio dos amarillas.

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