El empate a un gol frente al Barcelona en Mestalla, con tantos de João Félix y Hugo Guillamón, le sirve al Valencia CF para lograr la veintena de puntos, exactamente los mismos con los que acabó la primera vuelta de la pasada campaña. Los valencianistas, sin embargo, pierden dos puntos de renta con el descenso, ya que ahora es de 7 tras el triunfo del Celta este sábado frente al Granada (1-0). La realidad es que el Valencia prosigue sin ganar en Liga.
No lo hace en los últimos 5 partidos, en los que solamente ha cosechado dos empates en casa, con los vigueses y el Barça. No obstante, los apasionados retornaron a casa orgullosos del espíritu de un conjunto de jugadores que es de lo poco que queda en el club al que su máximo accionista, Peter Lim, ha destrozado y ha separado de la grandiosidad que siempre y en todo momento habituó.
Alén de estados anímicos y resultados, aun de la calidad de sus futbolistas, el Valencia se sujeta a los partidos como pocos. Un compromiso competitivo por obra y gracia de Rubén Baraja. Así, los blanquinegros entraron a la yerba de Mestalla considerablemente más vivos que un Barça aún confuso por los tropiezos frente al Gerona (2-4) y el Amberes (3-2). Y esa actividad estuvo a puntito de localizar premio en cuestión de segundos. Jesús Vázquez sacó de banda con pillería y Diego López dio velozmente con Roman Yaremchuk en el área. Sorpresa en el once, el ucraniano remató a la media vuelta y solo la mano del alicantino Iñaki Peña se interpuso entre el balón y la red.
La intensa presión sobre los centrocampistas del Barcelona daba frutos. Al cuarto de hora, un centro desde la derecha del batallador Fran Pérez hizo dudar al substituto de Ter Stegen. Momentos después, el portero blocaría un cabezazo de Cristhian Mosquera. Giorgi Mamardashvili, en cambio, no precisó intervenir hasta el minuto 18, cuando repelió un disparo lejano de Robert Lewandowski. El Barça, no obstante, fue sintiéndose mejor con la pelota para producir inconvenientes. Mouctar Diakhaby, con el brazalete de capitán, se multiplicó en socorro protector. Primero surfeó en el césped para bloquear un peligroso centro de João Cancelo y, después, cuerpeó con Lewandowski para complicar el remate del delantero. El georgiano, un poco antes, había embrutecido sus manoplas para abortar una volea gimnástica del polaco. No menos esenciales fueron las ayudas de Diego López en la izquierda. El asturiano le birló la pelota a Ilkay Gündoğan cuando el turco-alemán tenía el cañón preparado.
La primera mitad concluiría mientras que el Valencia volvió a desplegar las alas, especialmente con un servicio envenenado de Fran Pérez, y el agremiado daba licencia a Frenkie de Jong para dañar los talones de Yaremchuk y López. Exactamente, el clarividente mediocentro holandés, que no vio ninguna amarilla por sus dos duras acciones, decantaría la balanza en los primeros acompases de la segunda parte. El ‘oranje’ teledirigió con el exterior de la bota un pase sobre la defensa del Valencia. Raphinha reventó la espalda de Jesús Vázquez, que tácticamente padeció mucho toda la noche, y le obsequió el gol a João Félix (0-1, m. 54).
La diferencia de talento estaba desequilibrando las fuerzas en un duelo de estilos en el que el árbitro, Miguel Ángel Ortiz Arias, asimismo puso su grano de arena con un trato dispar. Si en el primer acto De Jong se fue sin amarilla, tampoco la vería João Félix en el segundo tras una entrada muy brusca contra el tobillo de Yaremchuk.
Cuando más estaba padeciendo Mestalla, que sostuvo la respiración en un paradón de Giorgi a Raphinha, el Valencia recuperó la vida para alegría de los 45 000 espectadores. Un envío aéreo de Fran Pérez desde el flanco diestro lo recogió Hugo Guillamón entre las dudas de los defensas barcelonistas para fabricar un genuino golazo con el interior del pie. Peña no pudo lograr la escuadra (1-1, m. 70).
Con la lucha de nuevo igualada, Mamardashvili se disfrazó otra vez de héroe. El georgiano se encaró en el uno contra uno a Raphinha eludiendo con el pecho el 2-1 de los catalanes. Una acción en la que el Valencia requirió un segundo salvador. Yarek, que dio reposo a Jesús Vázquez, bloqueó un nuevo chut del brasileiro, que se había quedado con el rechace relamiéndose mientras que pensaba en el gol. Desde ahí hasta el final, los blanquinegros resistieron un asedio barcelonista dirigido por Ferran Torres, siseado por la grada, inútil de acertar en la diana mientras que los soldados del 'Pipo' se dejaron todo el oxígeno que les quedaba.
Alén de estados anímicos y resultados, aun de la calidad de sus futbolistas, el Valencia se sujeta a los partidos como pocos. Un compromiso competitivo por obra y gracia de Rubén Baraja. Así, los blanquinegros entraron a la yerba de Mestalla considerablemente más vivos que un Barça aún confuso por los tropiezos frente al Gerona (2-4) y el Amberes (3-2). Y esa actividad estuvo a puntito de localizar premio en cuestión de segundos. Jesús Vázquez sacó de banda con pillería y Diego López dio velozmente con Roman Yaremchuk en el área. Sorpresa en el once, el ucraniano remató a la media vuelta y solo la mano del alicantino Iñaki Peña se interpuso entre el balón y la red.
La intensa presión sobre los centrocampistas del Barcelona daba frutos. Al cuarto de hora, un centro desde la derecha del batallador Fran Pérez hizo dudar al substituto de Ter Stegen. Momentos después, el portero blocaría un cabezazo de Cristhian Mosquera. Giorgi Mamardashvili, en cambio, no precisó intervenir hasta el minuto 18, cuando repelió un disparo lejano de Robert Lewandowski. El Barça, no obstante, fue sintiéndose mejor con la pelota para producir inconvenientes. Mouctar Diakhaby, con el brazalete de capitán, se multiplicó en socorro protector. Primero surfeó en el césped para bloquear un peligroso centro de João Cancelo y, después, cuerpeó con Lewandowski para complicar el remate del delantero. El georgiano, un poco antes, había embrutecido sus manoplas para abortar una volea gimnástica del polaco. No menos esenciales fueron las ayudas de Diego López en la izquierda. El asturiano le birló la pelota a Ilkay Gündoğan cuando el turco-alemán tenía el cañón preparado.
La primera mitad concluiría mientras que el Valencia volvió a desplegar las alas, especialmente con un servicio envenenado de Fran Pérez, y el agremiado daba licencia a Frenkie de Jong para dañar los talones de Yaremchuk y López. Exactamente, el clarividente mediocentro holandés, que no vio ninguna amarilla por sus dos duras acciones, decantaría la balanza en los primeros acompases de la segunda parte. El ‘oranje’ teledirigió con el exterior de la bota un pase sobre la defensa del Valencia. Raphinha reventó la espalda de Jesús Vázquez, que tácticamente padeció mucho toda la noche, y le obsequió el gol a João Félix (0-1, m. 54).
La diferencia de talento estaba desequilibrando las fuerzas en un duelo de estilos en el que el árbitro, Miguel Ángel Ortiz Arias, asimismo puso su grano de arena con un trato dispar. Si en el primer acto De Jong se fue sin amarilla, tampoco la vería João Félix en el segundo tras una entrada muy brusca contra el tobillo de Yaremchuk.
Cuando más estaba padeciendo Mestalla, que sostuvo la respiración en un paradón de Giorgi a Raphinha, el Valencia recuperó la vida para alegría de los 45 000 espectadores. Un envío aéreo de Fran Pérez desde el flanco diestro lo recogió Hugo Guillamón entre las dudas de los defensas barcelonistas para fabricar un genuino golazo con el interior del pie. Peña no pudo lograr la escuadra (1-1, m. 70).
Con la lucha de nuevo igualada, Mamardashvili se disfrazó otra vez de héroe. El georgiano se encaró en el uno contra uno a Raphinha eludiendo con el pecho el 2-1 de los catalanes. Una acción en la que el Valencia requirió un segundo salvador. Yarek, que dio reposo a Jesús Vázquez, bloqueó un nuevo chut del brasileiro, que se había quedado con el rechace relamiéndose mientras que pensaba en el gol. Desde ahí hasta el final, los blanquinegros resistieron un asedio barcelonista dirigido por Ferran Torres, siseado por la grada, inútil de acertar en la diana mientras que los soldados del 'Pipo' se dejaron todo el oxígeno que les quedaba.