El Sevilla no pasa del empate en el estreno de Sampaoli (1-1) | VIDEO-RESUMEN + GOLES

Todo lo bueno se le apareció al Sevilla a fin de que sumase el sexto punto en Liga, que lo saca del puesto de descenso en el que había empezado su duelo contra el Athletic. Jorge Sampaoli, hombre con estrella, consiguió que su equipo se adelantara a los 3 minutos; y afirmamos “logró” pues el santafesino, de alguna forma, forzó la suerte al enviar cargar, en el primer ataque, el área con 5 hombres. Combinó Papu Gómez con Montiel, centró este atrás y recogió Óliver Torres para marcar a placer en control deficiente de Dolberg.

Sampaoli revolucionó el once inicial con el citado Montiel y los dos fichajes estivales en el eje de la zaga. La pareja Nianzou-Marcao tremió frente a las acometidas de los Williams & Company, mas su sostuvo aproximadamente en pie. La diferencia es sangrante con los chavales y Gudelj, recolocado en su situación de pivote y asistente en el gol del empate de Vesga cuando el técnico lo volvió a engastar en la defensa de cara al atrincheramiento final. Despejó flojito y al centro el serbio, justo como NO mandan los cánones, para facilitar la igualada del Athletic.

Y alén de un principios agradable, con alguna pretensión ofensiva –lástima el paradón de Unai Simón a Papu Gómez, que ya cantaba el 2-0–, el Sevilla se pareció mucho a esa catástrofe a la que va a costarle sangre sumar la decena de victoria, más otros cuantos empates que rasque, que le faltan para garantizarse la permanencia. A lo largo de ochenta minutos, fue un guiñapo a cargo del Athletic, que lamentará no haber ganado en un campo en el que lo hizo todo para vencer, salvo marcar una de las múltiples ocasiones que produjo en la segunda parte, cuando las piernas de plomo lastraban a los sevillistas y Sampaoli, como le pasaba a Lopetegui, habría querido un cambio de reglamento que le dejara plegar el cupo de cambios.

La parte positiva del cuento, si es que algo bueno cabe extraer, fue la buena prestación ofensiva de Montiel y el encuentro muy completo de Óliver Torres, pichichi y ánima de esta plantilla. Que ya debe estar la cosa cruda a fin de que el extremeño, tras 3 años en los límites del anonimato, haya adquirido semejantes galones. Con Rakitic, Suso y Navas en el banquillo, Papu e Isco encarnaron la vieja guarda de un equipo que va a deber aprender a padecer en las catacumbas clasificatorias. No sé si dan el perfil para esas riñas.

En el descuento, el milagro de San Paoli pudo completarse en la última jugada del partido merced al dadivoso Unai Simón, que cometió uno de esos fallos que tienen a la afición de España precautoriamente consternada con su titularidad en el Mundial. La pelota mal despejada por el portero le cayó a Lamela, trabado por Ander Herrera cuando se disponía a marcar a puerta vacía. El propio ‘Coco’ –en una resolución de patio de colegio: me han hecho la falta a mí y la tiro yo– estropeó el libre directo sobre la cal del área y José Ángel rozó el 2-1 en la melé que se formó al salir del córner siguiente. Hubiera sido demasiado, vale, mas hubiera sido precioso…

TiroAlpalo