La Real Sociedad se ha llevado la victoria en el Reale Arena frente al Rayo Vallecano (2-1) en un partido en el que los easonenses han debido dar la vuelta al marcador. El inicio del partido ha sido intensísimo, sobre todo en el centro del campo. Los dos equipos sostenían la posesión a la espera de que apareciese un hueco para hacer daño, mas ha sido la Real Sociedad quien ha creado más riesgo en área contrincante.

Los gipuzkoanos recobraban veloz los balones perdidos y poquito a poco han encerrado al Rayo en su área, buscando el gol a través de centros a Sorloth y Oyarzabal.

En el minuto 12 Oyarzabal ha abierto el marcador tras una pérdida en el área de la defensa rayista. El capitán ha cruzado el balón al segundo palo para mandarlo a la red, mas el árbitro, tras preguntar el VAR, ha cancelado el tanto por falta anterior de Silva.

Silva ha estado a puntito de marcar a los 20 minutos tras percibir un pase en el área. Se ha debido estirar mucho y ha cruzado bien el tiro, mas se ha ido fuera rozando el palo.

En los próximos minutos los visitantes se han abierto más en el campo y los easonenses han debido dar un pasito atrás para proteger sus ataques. Aun así, han seguido dominando el juego.

La Real no hallaba ya con tanta sencillez la portería, y sus intentos no tenían éxito. Además de esto, la enorme intensidad de los primeros minutos ha hecho mella en los jugadores de los dos equipos, bajando de manera notable el ritmo ya antes de irse a los vestuarios.

El Rayo vio a la Real tocada y le metió presión. En uno de esos intentos se resbaló Pacheco y Isi Palazón le quitó el balón, salió como un misil cara la meta de Remiro y le batió por alto para elevar el 0-1 al marcador.

La bofetada hizo reaccionar de manera inmediata a los easonenses que en el próximo ataque empataban el encuentro con una combinación Silva- Aihen Muñoz que el zaguero navarro transformó en un centro medido a la cabeza de Sorloth a fin de que el noruego se reencontrase con el gol y restituyera la igualdad (1-1).

Faltaban diez minutos cuando llegó el gol del triunfo obra de Carlos Fernández, en una jugada genial del nipón Take Kubo, si bien al final iban a declarar gol en propia de Lejeune (2-1).