El GIrona salva un punto en el Reale Arena (2-2) | VIDEO-RESUMEN + GOLES

Real Sociedad y Girona siempre y en toda circunstancia dejan espectáculos en sus citas. No fueron los 8 tantos de la ida, mas fueron 4 los que catalanes y vascos decidieron repartirse en un partido con emoción hasta el último suspiro y con incidentes desde el pitido inicial.

El Girona no supo entrar bien al encuentro en fase protectora y una Real en alza no estuvo presta a disculpar un par de veces. Cuando apenas pasaba el primer minuto, Aihen ya golpeó en la madera de Gazzaniga, mas eso únicamente fue el precedente de lo que llegó un minuto después. Kubo, el más listo de la clase, se halló de frente con Riquelme en el rincón del área catalana y decidió aguardar hasta el momento en que el cedido por el Atlético de Madrid le puso el pie. Figueroa Vázquez no vaciló, pena máxima y Oyarzabal al punto de los once metros. Los vascos golpearon primero.

Los de Míchel procuraron despertar, mas Anoeta no fue el sitio idílico para conseguirlo. Los rojiblancos procuraron ir en busca del esférico como fuera, mediante la presión o de la forma que hiciese falta. Lo consiguieron a lo largo de ciertos minutos mas, la Real, más que proteger pareció proponer un nuevo golpe que no tardó en llegar.

Y es que Kubo y Silva compartieron la varita que hallaron sobre el césped. El japonés prosiguió afianzando una temporada para enmarcar y decidió acudir al canario para, de paso, festejar su renovación con el cuadro vasco. Nuevamente faltó firmeza protectora frente a la sencillez de la finalización.

Míchel parecía no hallar la solución. Su semblante de impotencia frente a un equipo superior en todas y cada una de las facetas fue el motivo de hallar la complejidad para revertir la situación. Los primeros 35 minutos tuvieron un solo dueño y actuó como local, si bien esta competición no acepta distraigas. La varita, como en un juego de pequeños, fue arrebatada por Yan Couto. El carioca amagó una vez tras otra hasta jugársela con un disparo desde el rincón del área de Remiro. Comenzaron ahí los mejores diez minutos para los gerundenses. El Girona recortó distancias.

Fue entonces cuando Imanol no halló la solución a un contrincante que apareció por doquier. La barita decidió multiplicar a los hombres rojiblancos y llegaron las más claras, mas para el otro lado. Tsygankov puso contra las cuerdas desde fuera del área para alertar de lo que llegaría poco después. En la última del primer tiempo, Stuani puso la testa para ocuparse de que absolutamente nadie echase de menos a Taty Castellanos. El charrúa remató un centro para poner el empate sobre la bocina. Reposo y vuelta a comenzar.

Los del técnico vallecano cambiaron completamente, nada debió ver con los primeros minutos de choque. Un nuevo espectáculo comenzó con dos de los equipos más atractivos del campeonato regular, puesto que se abrieron los 22 presentes, dejando contraataques e intercambio de golpes.

Cuando eso sucedió fue ineludible comenzar a ver acciones de mucho riesgo. Los ‘gironins’ comenzaron la intimidación a Remiro, al paso que sus defensores, arropados por los suyos, decidieron no ser menos y pegar asimismo. Kubo prosiguió siendo el máximo riesgo local e inclusive hizo tensionar a los presentes con un balón que se quedó sobre la línea mientras que Gazzaniga trataba de eludir un nuevo desastre.

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