El Real Madrid se ha impuesto (1-0) al Getafe en la jornada 34 de la Liga. Marco Asensio ha desatascado un choque muy trabado con un disparo desde fuera del área que supuso el 1-0 en el minuto 69, al final el único tanto del partido. La primera mitad apenas ha tenido llegadas para los dos equipos. Ha sido un impás de la emocionante semifinal de Champions que están disputando frente al City.
El campeonato familiar quedó en segundo plano hace ya tiempo para el equipo de Ancelotti, que presentó muchas rotaciones pensando en el vital choque de Mánchester del próximo miércoles. Tantas que hasta Hazard ha sido titular esta noche, reemplazado en la segunda parte en un triple cambio de Ancelotti. Asimismo han jugado Odriozola y Mariano. El triunfo blanco obLiga al Barça a ganar mañana si desea ser vencedor de Liga matemáticamente. Por su lado, el Getafe proseguirá en puestos de descenso una semana más. El cuadro azulón, con Bordalás en el banquillo, no puedo sostener la buena activa tras doblegar al Celta en el Coliseum la semana pasada. El sufrimiento semeja garantizado para los del sur de Madrid hasta final de temporada.
Con el Real Madrid en Mánchester, a lo largo de una hora por el Bernabéu solo apareció un equipo espectro con mucha tropa de teloneros. Ciertos, como Hazard, que no tenía pisadas como titular desde septiembre, ni eso. De entrada, el conjunto blanco en zapatillas en frente de un Getafe angustiado que no da para considerablemente más. Como resultado, la nada obscura. Un partido excedente para los blancos, un encuentro al máximo para los azulones de José Bordalás, que no regateó piropos a Ancelotti a lo largo de la semana. En pos de la mayor fraternidad posible frente a un contrincante sin nada en juego, el Getafe le hizo el corredor honorífico al vencedor de la Copa.
Tal era el pestiño que, en el primer acto, ni un tirito del Madrid, que apenas se dio algún paseíllo por el perímetro de David Soria. Específicamente, solo 3 veces maniobró en el área visitante. Ni tan siquiera se intentó un rutinario saque de esquina. Del otro lado, un rematillo de Maksimovic. El choque era deudor, adormecido, con peligros locuaces para la pelota, que a punto estuvo de padecer más de un esguince. Un sinfín de pases luxados y acciones técnicas deficientes. El balón merecía un indulto.
No hilaba el Real, desafinados todos. Asimismo cuando Carlo Ancelotti ordenó una mudanza y Hazard, de entrada por la izquierda, se liberó por el ataque central al lado de Asensio. Nada de nada. El belga se fue un día para no regresar. Hoy es un familiar remotísimo del Hazard que llegó a La Castellana entronizado en la Premier.
El Getafe sorprendió con Djené, un defensa por naturaleza, situado en el eje del medio campo. A Bordalás, ya se sabe, le van las trincheras. Sancionado Unal, la vanguardia Getafense quedó en tanguita, apartado Borja Mayoral y apartado al extremo Mata, salvado del camión escoba por el preparador alicantino. El Madrid no estorbaba al vecino, que se veía frente a una noche vernal en el coliseo blanco.
A Ancelotti no le van los bodrios ni en tiempos de entreguerras, así que dio materia para discutir de vuelta del intermedio. Kroos dejó en la caseta al reaparecido Mendy. ¿Preciso con el City a la vista? Y no tardaron en salir a calentar Modric y Vinicius, reclutados a la hora.
Con Kroos, orientado como lateral zurdo en la canalización del juego, el Real ganó fluidez. Camavinga, por delante del alemán cuando el Madrid tenía la posesión, tuvo mayor recorrido. Si bien fue el Getafe el primero en informar en el área contrincante. Despistado Militão, a Mayoral se le escapó un cabezazo sobre el travesaño. Un misil de Juan Iglesias forzó a Courtois, que selló un paradón. Era el minuto 65 y hasta ese momento campo y playa para los porteros.
Con Vinicius activo, intervino Bordalás. Djené pasó a ser el centinela del brasileiro con Iglesias por delante. En la otra ribera, asimismo dobló a los laterales para sostener a Asensio, extremo con Mariano ya como ariete. De poco le sirvió. El abalear halló su lugar, o sea, el ámbito derecho de la periferia del área, y largó un zurdazo imposible para Soria. Especialmente con el rebote involuntario en Maksimovic. Un disparo, un gol. Mas el Madrid, con los relevos, ya era algo más Madrid. Con la soltura de Kroos y Modric y la amplitud dada por Vinicius y Asensio como extremos, el Getafe se hundió en el rancho más de la cuenta. Soria asimismo tuvo focos con una buena parada frente a un cabezazo del animado Asensio, asistido maravillosamente por Kroos. Al Getafe le faltó depósito, no tuvo rapto alguno. Para el Madrid, faena resuelta y una nueva inquietante. Camavinga, con molestias, solicitó el cambio a última hora. Mendy, de vuelta, solo había soportado un tiempo.
Con el Real Madrid en Mánchester, a lo largo de una hora por el Bernabéu solo apareció un equipo espectro con mucha tropa de teloneros. Ciertos, como Hazard, que no tenía pisadas como titular desde septiembre, ni eso. De entrada, el conjunto blanco en zapatillas en frente de un Getafe angustiado que no da para considerablemente más. Como resultado, la nada obscura. Un partido excedente para los blancos, un encuentro al máximo para los azulones de José Bordalás, que no regateó piropos a Ancelotti a lo largo de la semana. En pos de la mayor fraternidad posible frente a un contrincante sin nada en juego, el Getafe le hizo el corredor honorífico al vencedor de la Copa.
Tal era el pestiño que, en el primer acto, ni un tirito del Madrid, que apenas se dio algún paseíllo por el perímetro de David Soria. Específicamente, solo 3 veces maniobró en el área visitante. Ni tan siquiera se intentó un rutinario saque de esquina. Del otro lado, un rematillo de Maksimovic. El choque era deudor, adormecido, con peligros locuaces para la pelota, que a punto estuvo de padecer más de un esguince. Un sinfín de pases luxados y acciones técnicas deficientes. El balón merecía un indulto.
No hilaba el Real, desafinados todos. Asimismo cuando Carlo Ancelotti ordenó una mudanza y Hazard, de entrada por la izquierda, se liberó por el ataque central al lado de Asensio. Nada de nada. El belga se fue un día para no regresar. Hoy es un familiar remotísimo del Hazard que llegó a La Castellana entronizado en la Premier.
El Getafe sorprendió con Djené, un defensa por naturaleza, situado en el eje del medio campo. A Bordalás, ya se sabe, le van las trincheras. Sancionado Unal, la vanguardia Getafense quedó en tanguita, apartado Borja Mayoral y apartado al extremo Mata, salvado del camión escoba por el preparador alicantino. El Madrid no estorbaba al vecino, que se veía frente a una noche vernal en el coliseo blanco.
A Ancelotti no le van los bodrios ni en tiempos de entreguerras, así que dio materia para discutir de vuelta del intermedio. Kroos dejó en la caseta al reaparecido Mendy. ¿Preciso con el City a la vista? Y no tardaron en salir a calentar Modric y Vinicius, reclutados a la hora.
Con Kroos, orientado como lateral zurdo en la canalización del juego, el Real ganó fluidez. Camavinga, por delante del alemán cuando el Madrid tenía la posesión, tuvo mayor recorrido. Si bien fue el Getafe el primero en informar en el área contrincante. Despistado Militão, a Mayoral se le escapó un cabezazo sobre el travesaño. Un misil de Juan Iglesias forzó a Courtois, que selló un paradón. Era el minuto 65 y hasta ese momento campo y playa para los porteros.
Con Vinicius activo, intervino Bordalás. Djené pasó a ser el centinela del brasileiro con Iglesias por delante. En la otra ribera, asimismo dobló a los laterales para sostener a Asensio, extremo con Mariano ya como ariete. De poco le sirvió. El abalear halló su lugar, o sea, el ámbito derecho de la periferia del área, y largó un zurdazo imposible para Soria. Especialmente con el rebote involuntario en Maksimovic. Un disparo, un gol. Mas el Madrid, con los relevos, ya era algo más Madrid. Con la soltura de Kroos y Modric y la amplitud dada por Vinicius y Asensio como extremos, el Getafe se hundió en el rancho más de la cuenta. Soria asimismo tuvo focos con una buena parada frente a un cabezazo del animado Asensio, asistido maravillosamente por Kroos. Al Getafe le faltó depósito, no tuvo rapto alguno. Para el Madrid, faena resuelta y una nueva inquietante. Camavinga, con molestias, solicitó el cambio a última hora. Mendy, de vuelta, solo había soportado un tiempo.