El Real Madrid se dejó las pocas opciones que preservaba de batallar la Liga en el derbi madrileño, en un empate (1-1) que sabe a poco mas no por este motivo fue menos prodigioso. El Atlético de Madrid se puso por delante tras quedarse con diez en la segunda parte, en un feo codazo de Correa a Rudiger que le costó la cartulina roja, merced a Giménez.
Lo igualó el canterano Álvaro Rodríguez asimismo con la testa, dando muestra de su valía para el primer equipo, mas no sirvió para mucho. El Santiago Bernabéu quedó mudo, y la Liga se distancia de la mano del Barça.
La primera parte fue un pulso de poder a poder, marcado por la prudencia y el respeto. Comenzó dominando el Atleti, se restituyó el Madrid, y así estuvieron 45 minutos. Aun así, el riesgo lo creó esencialmente el equipo blanco, toda vez que sujetaba la pelota Vinícius, esencialmente. En transición los Madridistas son balas muy precisas, y así consiguieron las ocasiones que tuvieron. Atraían al Atleti a la presión alta, y balones a la espalda para el brasileiro. La nota negativa, alén de la carencia de tantos, fue la lesión de Reinildo.
Se confió en un balón de línea de fondo, resguardando para ganar el saque de puerta, y al reaccionar al hurto de Valverde, su rodilla cedió a su peso y se dobló. No así la defensa rojiblanca, con Giménez ya integrado, que soportó replegada en bloque medio-bajo. El cambio liberó a Llorente, que llevó riesgo con balones a la carrera contra Rudiger, mas se le nublaba la vista a los dos equipos en el momento de concluir. Benzema tuvo 3 remates en los que otros días se inventa un gol inverosímil, mas se fueron desviados.
En la segunda mitad, el Madrid pareció meterle una marcha más al partido, mas la verdad es que no concretaron las pocas llegadas claras que tuvieron. Ni tan siquiera contra 10, por el hecho de que Correa dió a Rudiger un codazo a la altura del pecho que le costó la expulsión con 25 minutos aún por jugar. No obstante, en vez de localizar los espacios que se habían comenzado a abrir en un partido poco a poco más roto, el ‘Cholo’ ordenó bien al equipo, lo arropó en su área, y el Madrid solo pudo deambular en 3 cuartos, sin verticalidad.
Los cambios ofensivos de Ancelotti no sirvieron para mucho de entrada, por el hecho de que el balón parado justo cuando había entrado Álvaro Rodríguez por Nacho desestabilizó la balanza en favor de los colchoneros, para los que la desventaja pasó a ser su fortaleza. Una inocente falta sobre Morata en el centro del campo derivó en un centro a la frontal del área que cazó Giménez, incorporado al encuentro tras la lesión de Reinildo. Su cabezazo fue perfecto, irrevocable, e inaccesible para Courtois, besando el lateral interno de la red y la base del palo.
Los merengues parecían agobiados, mas prosiguieron insistiendo y Camavinga halló un buen disparo que repelió Oblak. Al menos lo parecía, Modric volvió a sacar interés del balón parado, como en Anfield. Exactamente el mismo balón parado que les había puesto contra las cuerdas, ahora les salvaba, una vez que justamente el chico uruguayo Álvaro Rodríguez conectara un cabezazo bello en ese saque de esquina al primer poste.
No tuvo más ocasiones el Madrid, más agobiado que inspirado, mientras que veía como la Liga se escapaba entre sus dedos. El Atleti se juega entrar en Champions y agradece el punto ante su máximo contrincante, en territorio hostil, mas festejará aun más haber condenado a los blancos en el torneo familiar. Queda la Copa, queda la Champions, mas la Liga semeja hoy más imposible que jamás.