El Barça empezó el ‘tourmalet’ anterior al Mundial de Probar con una victoria más trabajada que lúcida en Son Moix. Un gol de Lewandowski allanó el camino en un compromiso en el que el cuadro barcelonista no consiguió imponerse con autoridad y terminó pidiendo la hora (0-1). Los de Xavi dieron, con su sexto triunfo sucesivo en la competición familiar, el pistoletazo de salida a un mes y medio de máxima demanda en el que el calendario no concederá treguas ni disculpará desconexiones.
Era el instante de aprobar que, tal y como describió Xavi, el Barça tiene “un plantillón”. En el primer encuentro de la ‘cuesta de octubre’, el fondo de guardarropa estaba obLigado a probar que está capacitado para lucir en cualquier escenario. El Mallorca de Javier Aguirre, dirigido por Vedat Muriqi y Kang-in Lee –una de las mejores sociedades de la competición doméstica–, examinaba a futbolistas como Gerard Piqué, Jordi Alba o Franck Kessie, que no habían tenido demasiado estrellato en los acompases iniciales del curso. Ansu Fati, titular por vez primera en Liga, asimismo tenía una ocasión genial para redimirse tras un parón de escojas duro para él al no ser citado por Luis Enrique. Alejandro Balde fue el elegido como recurso de emergencias en el lateral derecho y cumplió sin estridencias a pesar de padecer algún pequeño fallo de concentración.
Fue un principio por la noche dulce en Palma. Con una temperatura más que agradable y un guion de partido que sonrió a ‘El Vasco’ hasta el momento en que deseó Robert Lewandowski. El Mallorca se sentía cómodo instalado en su campo y lanzando transiciones veloces. Kang-in y Ruiz de Galarreta lo procuraron con disparos que no hallaron portería. La defensa blaugrana, sólida, debió ponerse el mono de trabajo para acorazar el área visitante. Los destellos de Dembélé y Ansu Fati no fructificaban y la línea de 5 abalear no concedía espacios, mas el delantero polaco, enamorado de la isla desde el momento en que la conoció, lo hizo todo más simple. Una vez más, fue agua en el desierto.
‘Lewy’ recibió un pase de Ansu Fati, recortó para librarse de Valjent y batió a Rajkovic con un disparo irrevocable. Son Moix, animado hasta ese momento, enmudeció. Solo los ‘chispazos’ de Lee consiguieron animar a unos seguidores que presenciaron un rato de dominio de balón barcelonista desde el minuto 20 hasta el momento en que el Mallorca procuró sublevarse contra la funesta situación. La retaguardia del Barça frustró sus intentos y, donde no llegó la defensa, lo hizo Ter Stegen. El arquero alemán efectuó una enorme intervención para eludir el tanto de Jaume Costa. El portero fue de nuevo definitivo con una reacción increíble bajo palos. Un delantero que marca y un portero que para; el futbol, en ocasiones, puede ser sencillísimo.
El partido se complicó en los momentos finales del primer acto. Los dos centrales del Barça –Piqué y Christensen– fueron reprendidos y Óscar Hernández, hermano y asistente de Xavi, fue expulsado por una queja al árbitro tras una falta clara sobre Gavi que no apuntó. Sobre el terreno de juego, no obstante, hubo mucho estruendos y pocas nueces ya antes del reposo. El equipo barcelonista no estuvo sosegado, mas preservó el beneficio sin padecer en demasía. Lo hizo algo más en el comienzo de la reanudación, cuando Muriqi y Antonio Sánchez estuvieron cerca de ver puerta. La contestación que llegó desde el banquillo catalán no pudo ser más significativa: Pedri comenzó a Realizar ejercicios de calentamiento. Los blaugranas echaban de menos el balón. Precisaban al canario y, hasta el momento en que no entró pasada la hora de juego, un disparo de Kessie desde fuera del área fue su única aproximación señalada.
Asimismo ingresó en el 'verde' Raphinha, mas el brasileiro no fue capaz de marcar diferencias. Los minutos fueron transcurriendo sin que sucediese prácticamente nada. La posesión del Barça fue estéril y el Mallorca logró llegar al último cuarto de hora con opciones Reales de rasguñar algún punto. Este era el plan de Aguirre. Y, claro está, los suyos dieron un paso adelante en busca del empate. El 'buscavidas' Muriqi, con un chut muy desviado, y Kang-In, a través de un disparo cruzado, pusieron el temor en el cuerpo barcelonista. Tocó padecer, apretar los dientes y soportar el aguacero. Las sensaciones finales no fueron buenas, mas el marcador no se movió.
El intercambio de golpes tuvo un final feliz: el dominio de las áreas decantó la balanza. El 'tourmalet' comenzó con un triunfo de resistencia en las Islas Baleares. Los seguidores bermellones, por su lado, despidieron a sus futbolistas con una ovación atronadora con la que premiaron su esmero. El Mallorca se quedó sin puntos, mas fortaleció una idea que promete alegrías en el futuro en un corto plazo.
Fue un principio por la noche dulce en Palma. Con una temperatura más que agradable y un guion de partido que sonrió a ‘El Vasco’ hasta el momento en que deseó Robert Lewandowski. El Mallorca se sentía cómodo instalado en su campo y lanzando transiciones veloces. Kang-in y Ruiz de Galarreta lo procuraron con disparos que no hallaron portería. La defensa blaugrana, sólida, debió ponerse el mono de trabajo para acorazar el área visitante. Los destellos de Dembélé y Ansu Fati no fructificaban y la línea de 5 abalear no concedía espacios, mas el delantero polaco, enamorado de la isla desde el momento en que la conoció, lo hizo todo más simple. Una vez más, fue agua en el desierto.
‘Lewy’ recibió un pase de Ansu Fati, recortó para librarse de Valjent y batió a Rajkovic con un disparo irrevocable. Son Moix, animado hasta ese momento, enmudeció. Solo los ‘chispazos’ de Lee consiguieron animar a unos seguidores que presenciaron un rato de dominio de balón barcelonista desde el minuto 20 hasta el momento en que el Mallorca procuró sublevarse contra la funesta situación. La retaguardia del Barça frustró sus intentos y, donde no llegó la defensa, lo hizo Ter Stegen. El arquero alemán efectuó una enorme intervención para eludir el tanto de Jaume Costa. El portero fue de nuevo definitivo con una reacción increíble bajo palos. Un delantero que marca y un portero que para; el futbol, en ocasiones, puede ser sencillísimo.
El partido se complicó en los momentos finales del primer acto. Los dos centrales del Barça –Piqué y Christensen– fueron reprendidos y Óscar Hernández, hermano y asistente de Xavi, fue expulsado por una queja al árbitro tras una falta clara sobre Gavi que no apuntó. Sobre el terreno de juego, no obstante, hubo mucho estruendos y pocas nueces ya antes del reposo. El equipo barcelonista no estuvo sosegado, mas preservó el beneficio sin padecer en demasía. Lo hizo algo más en el comienzo de la reanudación, cuando Muriqi y Antonio Sánchez estuvieron cerca de ver puerta. La contestación que llegó desde el banquillo catalán no pudo ser más significativa: Pedri comenzó a Realizar ejercicios de calentamiento. Los blaugranas echaban de menos el balón. Precisaban al canario y, hasta el momento en que no entró pasada la hora de juego, un disparo de Kessie desde fuera del área fue su única aproximación señalada.
Asimismo ingresó en el 'verde' Raphinha, mas el brasileiro no fue capaz de marcar diferencias. Los minutos fueron transcurriendo sin que sucediese prácticamente nada. La posesión del Barça fue estéril y el Mallorca logró llegar al último cuarto de hora con opciones Reales de rasguñar algún punto. Este era el plan de Aguirre. Y, claro está, los suyos dieron un paso adelante en busca del empate. El 'buscavidas' Muriqi, con un chut muy desviado, y Kang-In, a través de un disparo cruzado, pusieron el temor en el cuerpo barcelonista. Tocó padecer, apretar los dientes y soportar el aguacero. Las sensaciones finales no fueron buenas, mas el marcador no se movió.
El intercambio de golpes tuvo un final feliz: el dominio de las áreas decantó la balanza. El 'tourmalet' comenzó con un triunfo de resistencia en las Islas Baleares. Los seguidores bermellones, por su lado, despidieron a sus futbolistas con una ovación atronadora con la que premiaron su esmero. El Mallorca se quedó sin puntos, mas fortaleció una idea que promete alegrías en el futuro en un corto plazo.