Dos penaltis le niegan la victoria al Rayo (2-2) | VIDEO-RESUMEN + GOLES

Empate con emoción hasta el final en el partido que abrió nuevamente LaLiga tras el parón del Mundial entre Girona y Rayo Vallecano. El partido tuvo de todo desde el empezó del mismo. Limpiando el polvo del asiento. Así les cogió a muchos el reestreno de Liga en Montilivi mientras que Camello abrió la lata a los 80 segundos de encuentro.

Iraola, alojado en una de las cabinas de prensa, celebró el comienzo con el que todo técnico sueña al preparar los choques. El Girona venía de un trastazo en Copa frente a un equipo de Segunda División y debía mudar la cara plenamente en Liga, mas nada de eso sucedió en el comienzo. Los de la franja volvieron a probar que se les da bien marcar en feudo gerundense. Míchel, sin alterarse, parecía estupefacto frente a la situación de los suyos. El técnico vallecano no había ganado jamás contra su Rayo.

Desde el tanto, el público disfrutó de pocas ocasiones a lo largo del primer tiempo. Los locales continuaron con el dominio del balón, si bien les costó producir los ‘uy’ del público en acciones claras. Los visitantes, a lo propio, probaron una vez más ser un equipo sólido y bien construido.

Las acometidas de Taty Castellanos fueron lo más importante en clave rojiblanca. No solo eso, asimismo fue el primero en ir a la presión una y otra vez hasta localizar petróleo. Su compañero, Iván Martín, provocó un penalti que debió repasar el VAR. Sin saber cara qué lado vencería la balanza, el argentino se ocupó de abrazar el cuero sin soltarlo hasta llegar al punto de penalti. Mirada fija, respiración profunda y vuelta a iniciar. Los rojiblancos empataron en el electrónico.

El empujón anímico sirvió para lanzar un mensaje al cuadro madrileño. Montilivi parecía no estar presto a dejar que los de Iraola celebraran un nuevo triunfo sobre el verde ‘gironí’. Los antecedentes tenían escritos dos derrotas dolorosas, una más que otra. La supresión en Copa era algo que podía ocurrir, la vuelta a Primera en aquella final nefasta del play-off, parecía obligada.

Una de las parejas que reafirmó su cuajada en el equipo fue la de Arnau y Yan Couto. Los dos se comprendieron con perfección. El brasileiro singularmente se vistió de amenaza en todos y cada acción que se volcó por el costado diestro.

El Rayo prosiguió aguardando su instante. Cualquier rechace, distraiga o afín por la parte de los rojiblancos fue motivo suficiente para procurar sacar jugo.

Se cumplió la hora de juego entre diabluras de Miguel y Riquelme. El cedido por el Atlético de la capital de España volvió a la titularidad tras su cita con el banquillo en jornadas precedentes. No fue , sino más bien su ex compañero de aventuras en el Mirandés, Sergio Camello, quien puso una asistencia a Isi Palazón para regresar a ponerse por delante.

El frío congeló las pretensiones de los gerundenses y el Rayo cumplió con lo que venía sugiriendo. Aprovechar cada resquicio era vital.

No obstante, el bloque de hielo que rodeaba al Girona pareció ser golpeado por un martillo. Nuevamente, una pena máxima fue decretada en favor de los locales. Mismo principio, diferente final ya antes de lanzar. Taty no soltó el balón mas la insistencia de Samu Saiz hizo que el argentino le cediese el placer. Samu no excusó y el balón fue recogido de la red de Dimitrevski más veloz que jamás.

El partido se transformó en una montaña rusa y comenzó a mascarse la tensión entre locales y visitantes. Se fue entre aclames Taty mientras que entró la bestia negra del Rayo, Cristhian Stuani. El partido se puso idóneo para los colmillos del jugador celeste.

El charrúa la tuvo con la testa tras un centro de Miguel. Y no fue la única. Empujó un balón tras el bote de una falta que fue cancelado por fuera de juego. Ahí las tuvo el cuadro de Míchel para hacerse con los turrones de la victoria. Sin tiempo para más, el partido terminó como comenzó, en tablas.

TiroAlpalo