El Girona se aleja del descenso en un mal partido del Athletic (2-1) | VIDEO-RESUMEN + GOLES

Al Athletic le retrasó en su viaje el cohete chino que conminaba con caer sobre sus cabezas, como temían, cuando charlaban del cielo, los galos de Astérix. Le retrasó tanto que para cuando llegó al partido, el Girona, si bien sin puntería, ya había rematado doce de veces a la portería de Unai Simón, y la yerba de los quesitos del córner raleaba de tanto desgaste.

Alegre y atrevido el equipo catalán, por el hecho de que el empate del Bernabéu les dio una nueva esperanza pese a la clasificación, salió al campo a comerse el planeta, el cohete chino y lo que apareciese, y apareció el Athletic por allá, no se sabe a qué, ni mismos lo sabían, y el Girona se lo comió en la primera media hora.

El portero y los centrales bilbaínos solicitaban árnica, pues dirigidos por Oriol Romeu, estaban los locales de fiestas de Sant Narcís. Tan negro lo veía Valverde que puso a calentar, tal vez como advertencia, a múltiples suplentes, mientras que Valery o Aleix Vidal remataban acá y allí, sin que la presión del Athletic les hiciese el mínimo arañazo. Andaban Sancet y Vesga desconcertados, como poco, y los laterales pidiendo oxígeno. Les salvó la ineficiencia rematadora del Girona a lo largo de la primera media hora.

Entonces se equilibró el partido. Se serenó el Athletic y bajó el pistón el equipo de Míchel, y entonces llegaron un par de aproximaciones vascas, con un disparo lejano de Nico Williams y otro más ajustado de Raúl García, que obLigaron a Gazzaniga a trabajar un tanto.

El Athletic precisa agitación, movimiento, velocidad, y con ese sereno, sesteo en ocasiones y la lentitud con la que se movía el partido, apenas podía hacer ese juego que desapareja a los contrincantes. Todo fue, de todas y cada una maneras, por el plan del Girona, que supo contener el medio campo y se multiplicó para molestar a los bilbaínos. Entre el mérito de unos y el demérito de los otros, el tema se inclinaba más para casa.

Resoplaba Valverde por lo que veía, que no mejoró demasiado en la segunda parte, y ya había hecho 3 cambios antes que se cumpliesen los primeros diez minutos tras el reposo. Decir que algo no le agradaba al técnico del Athletic tal vez sea decir poco, por el hecho de que probablemente no le agradaba nada, y menos en el momento en que una falta lateral que sacó Aleix Vidal al primer palo, la remató de cabeza David López desde el pico del área pequeña. Unai Simón, que ya había hecho alguno, no pudo hacer un milagro esta vez.

Tampoco cuando Ivan Martín le ganó la carrera desde medio campo a Balenziaga y se plantó frente al portero para marcar el segundo. Andaba jugando con fuego el equipo vasco y se quemó las pestañitas. Claro que la alegría del Girona se empañó un tanto por el hecho de que es un equipo que encaja siempre y en todo momento y asimismo lo hizo contra el Athletic, en una acción de Iñaki Williams que tocó De Marcos y remató Guruzeta, el último recurso atacante que usó Valverde. Fue, probablemente, la única acción aceptable que logró enlazar el equipo visitante en todo el partido.

Entonces, con el marcador apretado y los bilbaínos a por todas y cada una, Michel transformó su área en una fortaleza que los rojiblancos bilbaínos, el día de ayer de negro, en la camiseta y el luto de su juego, no pudieron asaltar. Habían sido muchos minutos de retraso por culpa del cohete chino, que a alguien o a algo deberá echar la culpa el Athletic.

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