La conexión Joao Félix-Morata guió al Atlético de Madrid cara la victoria en el Coliseum Alfonso Pérez (0-3), donde los dos desatrancaron al cuadro rojiblanco, refulgente a lo largo del primer cuarto de hora y efectivo con dos latigazos de su delantero que bastaron para abrir el camino cara los 3 puntos. El Getafe recibió un par de golpes durísimos cuando no los merecía.
No obstante, la calidad de Joao Félix y la eficiencia de Morata fueron demasiado para los hombres de Quique Sánchez Flores. Ahí estuvo la diferencia. Al paso que el Atlético metió prácticamente todo cuanto tuvo, el Getafe falló ocasiones clarísimas que podrían haber alterado el destino del encuentro.
Y es que Simeone tomó el camino del dicho que dicta que “aquello que marcha no se toca” y apostó por dar continuidad al once y al sistema con el que goleó 0-4 en el último partido de pretemporada al Juventus. Con Witsel nuevamente en el centro de la defensa, con otro nuevo como Nahuel Molina en la derecha de la zaga, más los recuperados Morata y Saúl Ñíguez, empezó el que sería su enésimo ataque al Coliseum.
El estadio del Getafe siempre y en todo momento se le ha dado realmente bien al ‘Cholo’, que nunca ha perdido como visitante en el feudo azulón. Eso sí, todos y cada uno de los Getafe-Atlético de Madrid de la última década han sido tostones insoportables. Era preciso un cambio, por el bien del espectador y del apasionado al futbol, que no deseaba comenzar el curso con otro duelo aburrido.
En el otro lado, Quique Sánchez Flores asimismo apostó por la continuidad. Prosiguió con la tónica del curso pasado, con el 5-3-2, el mismo sistema que el del Atlético, y con prácticamente exactamente las mismas caras con las que salvó al Getafe del descenso en una misión imposible que completó de manera exitosa en media temporada.
Solo Duarte y Angileri representaron a los fichajes del Getafe este verano. Mayoral, asimismo apareció en el once, mas el ex del Real Madrid no es nuevo: ya estuvo cedido la pasada campaña. Seoane y Portu se quedaron en el banquillo, Kiko Casilla en la grada y Milla en la enfermería. Lo demás, lo mismo de siempre: Maksimovic, Arambarri, Djené, Soria… nombres conocidos de la etapa de Bordalás.
Ese guion solo favoreció al Atlético los primeros 15 minutos y al final, cuando su contrincante hincó la rodilla con el tanto de Griezmann. En ese tiempo, dominó todos y cada uno de los conceptos del juego. Tuvo la pelota, la movió bien y veloz. Las transiciones funcionaban sin grietas. Literalmente, era un equipo que carburaba como una máquina. Todos a una. Y, si bien no hubo muchas ocasiones, sí se olía el gol.
Este llegó y marcó el final de la buena primera parte rojiblanca. Un hurto de Savic en el centro del campo que alargó a Thomas Lemar, empezó una pequeña obra de arte. Lemar cedió la pelota a Joao Félix y el portugués se deshizo de Mitrovic con un toque sutil que aprovechó Morata con un toque con el exterior de primeras que superó a Soria.
Morata firmó su quinto tanto en 3 partidos. No ha podido tener mejor regreso. Hace lo que se le solicita. Ni más, ni menos, que no es poco. Marcar tantos vale mucho. Mas, en un caso así, su tanto no confirmó el dominio de su equipo. Del revés. El Atlético levantó el pie del acelerador y el Getafe se echó arriba. Durante media hora arrinconó al equipo de Simeone y pudo empatar con un cabezazo de Ünal, un disparo lejano de Aleñá y un golpeo de Mayoral que terminó en el travesaño de la meta protegida por Oblak.
El paso por vestuarios no cambió la escena y a la primera de cambio, Ünal se halló con un codo con codo que mandó sobre la portería. El Atlético proseguía con la caraja del final de la primera parte, vivía de los intereses de sus 15 primeros minutos refulgentes y comenzaba a jugar con fuego.
No obstante, nuevamente apareció la conexión Joao-Morata. Un fallo en una entrega de Mitrovic la aprovechó el portugués para ceder la pelota a su compañero, que con un zurdazo esquinado en el área, reventó la portería de Soria. Ahí se acabó el partido. El Getafe insistió mas proseguía empeñado en fallarlo todo. Y, tras otro remate de Mayoral muy claro, Griezmann cerró una tarde en la que ya antes Joao Félix apuntó, Morata disparó y el Atlético es colíder.
Y es que Simeone tomó el camino del dicho que dicta que “aquello que marcha no se toca” y apostó por dar continuidad al once y al sistema con el que goleó 0-4 en el último partido de pretemporada al Juventus. Con Witsel nuevamente en el centro de la defensa, con otro nuevo como Nahuel Molina en la derecha de la zaga, más los recuperados Morata y Saúl Ñíguez, empezó el que sería su enésimo ataque al Coliseum.
El estadio del Getafe siempre y en todo momento se le ha dado realmente bien al ‘Cholo’, que nunca ha perdido como visitante en el feudo azulón. Eso sí, todos y cada uno de los Getafe-Atlético de Madrid de la última década han sido tostones insoportables. Era preciso un cambio, por el bien del espectador y del apasionado al futbol, que no deseaba comenzar el curso con otro duelo aburrido.
En el otro lado, Quique Sánchez Flores asimismo apostó por la continuidad. Prosiguió con la tónica del curso pasado, con el 5-3-2, el mismo sistema que el del Atlético, y con prácticamente exactamente las mismas caras con las que salvó al Getafe del descenso en una misión imposible que completó de manera exitosa en media temporada.
Solo Duarte y Angileri representaron a los fichajes del Getafe este verano. Mayoral, asimismo apareció en el once, mas el ex del Real Madrid no es nuevo: ya estuvo cedido la pasada campaña. Seoane y Portu se quedaron en el banquillo, Kiko Casilla en la grada y Milla en la enfermería. Lo demás, lo mismo de siempre: Maksimovic, Arambarri, Djené, Soria… nombres conocidos de la etapa de Bordalás.
Ese guion solo favoreció al Atlético los primeros 15 minutos y al final, cuando su contrincante hincó la rodilla con el tanto de Griezmann. En ese tiempo, dominó todos y cada uno de los conceptos del juego. Tuvo la pelota, la movió bien y veloz. Las transiciones funcionaban sin grietas. Literalmente, era un equipo que carburaba como una máquina. Todos a una. Y, si bien no hubo muchas ocasiones, sí se olía el gol.
Este llegó y marcó el final de la buena primera parte rojiblanca. Un hurto de Savic en el centro del campo que alargó a Thomas Lemar, empezó una pequeña obra de arte. Lemar cedió la pelota a Joao Félix y el portugués se deshizo de Mitrovic con un toque sutil que aprovechó Morata con un toque con el exterior de primeras que superó a Soria.
Morata firmó su quinto tanto en 3 partidos. No ha podido tener mejor regreso. Hace lo que se le solicita. Ni más, ni menos, que no es poco. Marcar tantos vale mucho. Mas, en un caso así, su tanto no confirmó el dominio de su equipo. Del revés. El Atlético levantó el pie del acelerador y el Getafe se echó arriba. Durante media hora arrinconó al equipo de Simeone y pudo empatar con un cabezazo de Ünal, un disparo lejano de Aleñá y un golpeo de Mayoral que terminó en el travesaño de la meta protegida por Oblak.
El paso por vestuarios no cambió la escena y a la primera de cambio, Ünal se halló con un codo con codo que mandó sobre la portería. El Atlético proseguía con la caraja del final de la primera parte, vivía de los intereses de sus 15 primeros minutos refulgentes y comenzaba a jugar con fuego.
No obstante, nuevamente apareció la conexión Joao-Morata. Un fallo en una entrega de Mitrovic la aprovechó el portugués para ceder la pelota a su compañero, que con un zurdazo esquinado en el área, reventó la portería de Soria. Ahí se acabó el partido. El Getafe insistió mas proseguía empeñado en fallarlo todo. Y, tras otro remate de Mayoral muy claro, Griezmann cerró una tarde en la que ya antes Joao Félix apuntó, Morata disparó y el Atlético es colíder.