El Espanyol ha sufrido una derrota muy dolorosa contra el Athletic Club. Los pericos han perdido por 1-2 ante su afición, que encaraba el partido con la ética por las nubes tras la llegada de Luis García al banquillo catalán. No obstante, los seguidores blanquiazules han recibido el enésimo baño de realidad de la época. Un gol de cada uno de ellos de los hermanos Williams y la resolución polémica de Munuera Montero de cancelar una diana de Braithwaite han brindado el triunfo a los vascos y dejan a los barceloneses en puestos de descenso.

El RCDE Stadium ha presentado un enorme entorno para este partido, ya que prácticamente 25.000 espectadores se han dado cita para presenciar en riguroso directo el debut de Luis García como adiestrador del Espanyol. El asturiano ha introducido ciertas novedades en su primer once. José Gragera y Edu Expósito han acompañado a Sergi Darder en el centro del campo, al paso que Vini Souza ha sido suplente por vez primera en el curso. Por otro lado, Óscar Gil ha debido desamparar el lado derecho de la defensa, su situación natural, para ocupar el flanco izquierdo pues los blanquiazules no disponían de ningún lateral zurdo frente a las bajas de Brian Oliván y Adrià Pedrosa.

La mano de Luis García no solamente se ha apreciado en la elección de jugadores, sino asimismo en el estilo de juego. Desde el principio del encuentro, el Espanyol ha intentado avanzar metros a través de pases cortos y veloces toda vez que tenía la pelota, algo muy diferente del futbol tan vertical que habían intentado hasta el momento los pericos. Sin embargo, los barceloneses han mostrado muchas contrariedades para conjuntar en los acompases iniciales del duelo. El Athletic Club ha aprovechado las dudas de su contrincante para dominar meridianamente la posesión a lo largo del primer cuarto de hora, mas no lograba producir riesgo a un RCDE que se defendía con firmeza.