Una victoria en el Martínez Valero fue la mejor terapia de la Real para olvidar la marcha de Isak. El equipo de Imanol salió de su particular depresión con 3 puntos en el macuto y conquistando la casa de un Elche que no acaba de despegar en este arranque. El equipo de Francisco solo ha sumado un punto de 9 y tiene mucho que prosperar. Los arranques de furia, hasta el instante, no le están sirviendo para quitarse la presión que tiene por no haber ganado aún. Brais Méndez, en la semana de Isak, hizo olvidar al sueco con su definitivo gol. El gallego fue el antídoto.

Francisco no sorprendió a la Real y apostó por exactamente el mismo once. Imanol confió en Cho a fin de que hiciera de Isak y el francés respondió con trabajo y velocidad. La primera parte fue de la Real. Se jugó a lo que desearon Take, Silva y compañía. El Elche solo disparó una vez a puerta a través de Collado, que trató de calcar el gol que le hizo al Almería la semana pasada. Fue una falsa alarma. La Real tardó en adaptarse y en digerir el alegato de Imanol, ese en el que su equipo ya sabía lo que era jugar sin Isak y, además de esto, hacerlo bien. Mas cuando se dio cuenta que hay vida alén del sueco, fue a por el partido.

Zubimendi aprovechó un orificio en la zaga del Elche, en el costado de Mojica, para filtrar un enorme pase a Brais. El mediocentro no disculpó en el codo con codo. La Real pudo sentenciar a un Elche sin rumbo poco después. Mojica derruyó a Cho en el área tras otro desajuste, mas a Merino se le ocurrió lanzar el penalti a lo Panenka y Edgar le ganó la partido sin alterarse.

Francisco agitó el banquillo en el reposo. Y el Elche cambió un tanto la cara. Floté y Milla acabaron de pulsar el botón de la reacción, mas no fue suficiente. Raúl Guti y Collado, el más incisivo del Elche, se encontraron con Remiro. La Real tuvo alguna para sentenciar, en especial en las botas de Silva. El canario se perdió entre regates y dejó con vida a un Elche que murió cerca de la portería de Remiro.