El Athletic se da un golpe de realidad frente al Espanyol (0-1)

EI estruendos chirriante de la persiana cerrando el mercado estival provocó escalofríos en el Espanyol el jueves. Reventó los tímpanos periquitos y condujo al tormento de meditar qué harán hasta enero con De Tomás, que no ha acabado su ansiado plan de fuga al Rayo. Entre tanto jaleo, se coló Braithwaite prácticamente sin que absolutamente nadie se percatase, de puntillas. Es buen fichaje. En frente de la inquietud, el danés encendió la mecha de la ilusión con un gol de ventajista que dio la victoria al Espanyol en San Mamés. Puso fin a una sequía de diez partidos sin ganar, prácticamente 5 meses. No lo hacía a domicilio desde 2021, el último día de ese año, frente al Valencia. En verdad, en Primera División, de sus últimos 29 compromisos fuera de casa solo, se había impuesto en uno.
Lo propio fue un mazazo, una puñalada al globo de la alegría vasca: los periquitos, muy mermados por lesiones y sanciones, no hicieron prácticamente nada en la muy caliente tarde bilbaína, solo un sustito de Joselu al principio. Aterrizaron esmirriados de personal y con el agua al cuello, eso tal vez los alentó. Una falta de comprensión de dos centrales soluciones como Vivian y Yeray, impecables hasta el momento en la presente campaña, dejó a un tipo menospreciado en el Camp Nou aparecer sin que absolutamente nadie le advirtiera, prácticamente como en el mercado de fichajes, y delimitar con pillería. Absolutamente nadie había marcado a Simón hasta ese momento. Fue una desastrosa cadena de fallos lo que favoreció que se quebrase la racha: Campeón dio un pase blando que interceptó el Espanyol. Este lanzó el contragolpe y Yeray rompía el fuera de juego de Braithwaite. El danés avanzó y Vivian cuerpeó por la izquierda del ataque visitante, cuando apareció sin control Yeray al cruce. Uno por el otro, la casa sin barrer. Primera derrota de los rojiblancos y los blanquiazules ya tienen un triunfo. Los leones comenzaron con su frecuente ritmo furioso, mas se fue perdiendo la lozanía y se enrevesó el partido. Cuando el mal menor parecía el empate a cero, llegó el zarpazo. El suflé se baja en Bilbao en el momento en el que personal comenzaba a charlar de Champions. Acostumbra a pasar. La tropa de Valverde arrancó activa, profunda, con la pretensión de sentenciar una nueva convocatoria liguera. Mas aún falta por ajustar muchas piezas y afinar en el área contraria. Con los cambios y el paso a un sistema con 3 centrales, el Espanyol le fue molestando y llegando más a parcelas ofensivas.

Tras el saque de medio campo, el Athetic abrió el álbum del prácticamente-gol y comenzó con la compilación de ocasiones. Desde muy temprano abrumó al cuadro perico, que no deseaba acularse atrás, mas le forzaron a sostenerse en lo que ahora la modernidad rotula como ‘bloque medio’. Y en esa predisposición, los leones fabricaron ocasiones de todo pelaje, si bien siempre y en todo momento por la parte interior, donde un pelotón de jugadores de blanco y azul les obstruía la maniobra. Darder filtró un enorme pase a Joselu en el minuto 10, que este perdió mandando el balón fuera. Un espejismo frente a lo que vino después. Berenguer fue un espectáculo por el flanco izquierdo. Un genial centro suyo se paseó por la zona de peligro blanquiazul, mas Williams no supo empujarla a gol. Al borde del reposo tuvo otra de cabeza. Si andaba tocado en el tobillo el ‘hombre de hierro’, no lo parecía por sus galopadas. El Athletic conectaba de línea a línea con soltura, apretaba y envasaba al oponente.

Berenguer fue el mejor de largo. Un saque falta suyo se estrelló en el larguero de forma violenta. El Espanyol tomó las bridas en el amanecer del segundo acto. Para tener más presencia en la medular, salió Keidi, que aportó músculo, mas se lesionó poco después. Otra fatalidad para Diego Martínez, que las colecciona recientemente. Al cuarto de hora, el Athletic trató de regresar con su ametralladora a agredir con intermitencia, a tirones. Se fue Nico y la gente se desesperaba por el hecho de que salió al paso, tal y como si fuesen ganando, con su frecuente aire insistente. Valverde puso a Guruzeta, la refrescante sorpresa del Nuevo Mirandilla el primer día de la semana pasado, y formó una dupla de ‘nueves’ con Williams. El preparador visitante reaccionó y cambió a un sistema con 3 centrales. Se estrenó Simo, un juvenil de tan solo 17 años. Y hubo 4 estrenos más: Álvaro Fernández, Braithwaite, Omar (18 años) y Nudo. Los periquitos estaban ásperos, mas no hasta el punto de olisquear la muerte.

Braithwite amontona un par de días en el Espanyol y decidió la cita. Herrera lleva más tiempo en Bilbao, si bien no le pusieron a ver si ideaba algo, que era lo que demandaba la tarde. Calentaba en la banda a lo largo de minutos y más minutos, y eso que el entorno era ardiente, si bien no se generaba su ansiado redebut. No se puede aceptar dejarlo fuera cuando estás anubarrado en la circulación. El partido era hermano gemelo del que descorchó la época de San Mamés, frente al Mallorca, mas con un resultado aún peor para los locales. Las ocasiones escaseaban. Guruzeta tuvo alguna, mas no alteró el marcador. La ineficacia que tanto hizo padecer a Marcelino comienza a avizorar a Valverde, Lo opuesto que exhibió Braithwaite. ¿Quién recuerda ahora de Raúl de Tomás?

TiroAlpalo