El City de Haaland abusa de un Sevilla sobrecargado por el calendario (0-4)

El Sevilla prosigue desangrándose por esa vía que ha abierto una planificación muy controvertible con la firma del siempre y en toda circunstancia elogiado Monchi. El de San Fernando va a saber lo que hace, mas las ventas de Koundé y Diego Carlos, y sin los sustitutos recomendables, han transformado al equipo de Julen Lopetegui en un muñeco de pin pan pun que trata de plantear en ataque mas que cuando pierde la pelota está a la merced de su contrincante.

Lo patentizó el pasado sábado frente al Barcelona, contrincante que sin despeinarse le hizo 3 tantos en el Sánchez Pizjuán, exactamente el mismo escenario en el que volvió a aparecer Erling Haaland para ser la pesadilla de los andaluces, que hace ya un par de años fueron apeados de la Champions con un doblete del noruego en Nervión (4 en el total de la eliminatoria) con la camiseta del Borussia Dortmund. Un 0-4 es un duro golpe para un equipo habituado a hacer historia en Europa y que está inmerso en una crisis de caballo que puede llevarse por delante al adiestrador, si bien no sea el único ni el primordial culpable.

En vista de esto, los alemanes, que ganaban al Copenhague, son los contrincantes del Sevilla en un conjunto muy, muy duro en el que le ha tocado estrenarse con un golpe de realidad frente a los de Guardiola, un equipo que fue superior física y futbolísticamente a un Sevilla en clara fase de construcción y que ya es un mar de dudas.

Apurado por una situación prácticamente extrema con un desilusionante comienzo de liga con un punto de 12 posibles, el equipo andaluz se presentó en la máxima competición continental con muchas miradas sobre la figura de un Lopetegui que apostó por quitarle la referencia a los centrales del City con Isco como punta, mas que se halló con un contrincante que dominó la pelota como era de aguardar de un conjunto entrenado por Guardiola. Con las piezas contadas en la retaguardia, en la que el vasco debió alinear a un canterano como José Ángel Carmona con bajas esenciales como las de Marcao, Fernando o Rekik.

Y no tuvo una escenificación mala el equipo nervionense, tratando de tocar en campo contrario y valiente en su anhelo de recobrar arriba, mas prontísimo se vio que físicamente tras un equipo además de esto que con la pelota iba medrando en el partido, hasta el momento en que a los veinte minutos una entrada de De Bruyne a la espalda de Acuña dejaba a Haaland marcar a placer. El golpe, para la actual situación del Sevilla, prácticamente era la sentencia. No se le ve al equipo de Lopetegui ese empuje y esa confianza de otrora, esa raza que le hacía reaccionar ante situaciones como la que vivía este martes, y los propios jugadores lo palpan en el terreno de juego.

Frente a un contrincante como el City, considerablemente más. Lo procuró con un remate lejano de Acuña y una llegada del Papu Gómez, mientras que en el reposo procuraba una referencia arriba con Rafa Mir y remodelando un centro del campo meridianamente falto de músculo ante aeroplanos como los 'citizen'.

Y así, en dos contras, el City sentenciaba pese a que Bono salvaba en una contra el 0-2 ante De Bruyne. No podía eludir no obstante el marroquí en el remate de Foden en otra transición cuando más apretaba el Sevilla. Haaland en otra contra hacía el 0-3 tras un rechace de Bono tras tiro de Foden y la afición terminaba reventando tras el 0-4, asimismo a placer de Rubén Días. La hinchada sevillista, que animaba a lo largo de todo el partido, solicitaba la renuncia de Castro, y reventaba frente a una situación que ya es realmente preocupante. El sevillismo demanda responsabilidades pues aún no ha visto a su equipo ganar un partido esta temporada. El contrincante, desde entonces, no era el más accesible, mas el resultado final puede hace mucho daño.

TiroAlpalo