Un campeón muy pleno, que se planta con pie y tres cuartos en Octavos (2-1)

Vinicius, Rodrygo, e inclusive Valverde, semejan danzar ya al son de exactamente la misma música que Benzema, que ha atravesado años de desconcierto y soledad. Carlo Ancelotti resumió con entusiasmo la última representación de su delantera contra el Shakhtar: “Los 3 de arriba han combinado haciendo algo espectacular”, afirmó, si bien quedó el lamento de la carencia de puntería.

El Real Madrid remató 36 veces, 14 de ellas a puerta, y solo embocó dos tantos. El más frustrado fue Benzema, que insistió hasta el final, con dos tiros alén del minuto 85, mientras que su nueva banda insistía en que lo prosiguiera procurando. Funcionó prácticamente todo menos eso, como afirmó Kroos: “Hay días así. El balón no desea entrar. Ha sido un partido para ganar 7-1, mas al final son 3 puntos. Victoria justa y ya está”.

Mientras que Benzema va acercándose poquito a poco al gol, y a los destellos de la época pasada, a su alrededor prosiguen medrando los jóvenes, que ya no prometen: Vini, Valverde y Rodrygo dominan. A veces el Madrid semeja agredir con una delantera de 4. Rodrygo ha comenzado el curso donde dejó el precedente, una temporada de explosión tardía y episódica, mas de capítulos legendarios. Este año ha adelantado los fogonazos, y contra el Shakhtar abrió el marcador tras un recorte errado. Mas el brasileiro avanza con una convicción excelente en su progresión general por el carril del centro. Prosiguió, disparó y marcó.

Su presencia en esa zona, más centrada de lo frecuente, realmente respondía más a razones protectoras que a un plan de ataque, como explicó Ancelotti: “Ha alterado un tanto la situación, para hacer la presión a los dos centrales. Manejan bien el balón, y pueden eliminar intensidad al partido. Hemos protegido de forma diferente, jugando más por la parte interior. El 4-4-2 se puede hacer en ciertos partidos. Rodrygo tiene una calidad excepcional. Puede jugar en cualquier lugar, mas su situación no era por algo ofensivo, sino más bien para intentar proteger con más presión”.

Si bien la concentración allá procuraba proteger mejor, aquella zona se transformó en un sitio de recreo para el ataque de los 3 de arriba, que jugueteaban de memoria, con paredes, regates, una coreografía aceitada y amenazante. El segundo gol del Madrid, de Vinicius, salió de uno de esos intercambios resplandecientes. Benzema con Valverde, Valverde con Benzema, después Rodrygo, y este desde un espacio muy estrecho, a Vinicius, que corría cara el punto de penalti, y que volvió a marcar desde una zona central, un distrito que apenas olfateaba de lejos hace solo un par de años.

Tras la marcha de Cristiano, Benzema atravesó temporadas de desesperación en las que se vio rodeado de marcianos, tipos que parecían manejarse en el futbol en un idioma indescifrable para él, o a quienes les resultaba incomprensible lo que pretendía. Hubo un instante de esperanza fugaz cuando llegó Hazard, mas fueron apenas un puñado de minutos, sobre todo aquellos del partido contra el PSG en el que le rompieron el tobillo. Después, nuevamente la soledad, hasta el momento en que el año pasado Ancelotti se lo tradujo todo a Vinicius. Tras el brasileiro se fueron sumando Valverde y Rodrygo, que ya lleva 4 tantos. En toda la época pasada sumó 9. Y estamos comenzando octubre.

Contra el Shakhtar hubo múltiples tramos en los que abundaron esos malabarismos en espacios minúsculos como el que acabó en el gol de Vini. Un nuevo planeta prometedor para Benzema, que no obstante acabó frustrado sin lograr la red. Si bien eso no pareció preocupar a Ancelotti: “No ha marcado, mas esto es la última cosa en la que pensamos. Ha crecido mucho su condición. Ha sido un partido completo”, afirmó. “Ha sido determinante con su situación, con su calidad. Ha jugado para los compañeros”. Y sus compañeros ya bailan a su música tal y como si fuera propia.

TiroAlpalo