El Sevilla cae derrotado en el adiós del hombre que hizo ganar al Sevilla su sexta Europa League (1-4)

El último baile de Julen Lopetegui acabó de la peor forma posible. Tras 170 partidos, derrota dura contra el Borussia Dortmund en casa (1-4) que deja al cuadro hispalense con opciones muy difíciles de pasar a octavos. Si lo consigue, ya va a ser con Jorge Sampaoli en el banquillo, que lleva unas horas aguardando el cese del técnico guipuzcoano. Situación kafkiana en Nervión.

Respondió la afición en el comienzo, llevando en volandas a los suyos como reza el himno. Duró poco. Cambio de juego increíble de Bellingham con la zurda que Guerreiro mejoró con un control orientado ya antes de cruzársela a Bono. Inmediatamente antes En-Nesyri tuvo una doble ocasión en la que no estuvo acertado. El punta se favoreció del VAR, que anuló su tarjeta roja tras derruir a Özcan por una falta anterior de Adeyemi.

El Sevilla nunca perdió la cara al duelo y disfrutó de ocasiones para empatar, mas el mazazo lo hizo Bellingham. El inglés se deshizo de un Gudelj meridianamente superado en el partido y definió con el exterior ante Bono. Un poco antes había perdonado un claro ataque el cuadro ‘borusser’, que a pesar de eso tuvo más eficiencia que su contrincante. Dos minutos después, la sentencia. Refulgente acción de Moukoko que solo Bono abortó. El rechace, a los pies de Adeyemi, fue un regalo para el 0-3.

El marcador era durísimo e injusto para los de Lopetegui, que murió matando. Doble cambio en el reposo que reactivó a los suyos nuevamente. Solamente arrancar el segundo tiempo En-Nesyri cabeceó a la red para ilusionar a una afición que vio de qué manera los suyos proseguían sin ser concluyente. Como en la primera, no se concretaron y el Dortmund puso la puntilla.

Brandt aprovechó el enésimo distraiga protector de la zaga hispalense y cabeceó a la red un envío de Moukoko. Malen excusó el quinto y Dolberg no acertó después, con un balón al travesaño si bien habría sido cancelado por fuera de juego. El duelo acabó con la afición coreando a Julen Lopetegui y señalando a la grada. Los más felices, los 1.800 apasionados ‘borussers’.

TiroAlpalo