Un "pasota" Madrid recibe la primera derrota de la temporada como respuesta (3-2)

Las rotaciones de Carlo Ancelotti siempre y en toda circunstancia son tímidas. Suceden por las necesidades del momento, mas siempre y en todo momento con congruencia y lejos de la insensatez. En Alemania, obligado por las lesiones y por lo exprimido del calendario, el italiano debió desplazar su árbol más de lo que le hubiese agradado.
Sin Benzema, Modric, Valverde, Alaba ni Mendy, el Madrid, cómodo en el liderato del conjunto y sin demasiadas obligaciones en el horizonte, se vio arrollado por un contrincante más intenso, más veloz, más vertical y más necesitado de puntos.
El conjunto blanco capituló en veinte minutos de agonía y de efervescencia germana dirigidos por Nkunku, joven que está en la lista de deseos de la directiva de Chamartín. No hubiese escogido un día mejor para lucirse. El delantero galo, veloz, técnico y con gol, bailó sobre las dudas de la defensa de Ancelotti, con Lucas y Rüdiger en las bandas y Militao y Nacho en el centro. No asistió un centro del campo poco concluyentes, con Tchouaméni y Camavinga lejos de la concentración precisa y Kroos superado por las balas del Leipzig.
 
Courtois salvó un pase de la muerte de Forsberg tras una pared con Nkunku y evitó el gol tras un enorme remate de cabeza de André Silva, mas no pudo hacer nada en el rechace. El croata Gvardiol, atento, se adelantó a Rüdiger y puso el 1-0. Era el minuto 12 y el tanto noqueó al Madrid, que no se aguardaba el ritmo de juego que plantearon los de Marco Rose. Sin temor, sin pausa. Puro fuego.

El Madrid, errante en su intento de presionar la salida de balón del contrincante e impreciso en 3 cuartos de campo, dejó espacios que aprovechó Nkunku para preparar el 2-0. Informó a Courtois con una arrancada a la espalda de Lucas, regateando al belga y mandando el balón al lateral de la red, y no disculpó en la próxima. Tchoauméni no acertó a despejar y la pelota quedó fallecida para Nkunku, que definió de manera fuerte frente a la portería Madridista. En 20 minutos había probado por qué le quiere media Europa.
El conjunto blanco, que recibió dos tantos por vez primera este curso, despertó cuando logró aparecer Vinicius. Ancelotti cambió de lugar a Nacho y a Rüdiger, Kroos aceptó galones en salida, el Leipzig relajó el ritmo y el brasileiro medró. Sus combinaciones con Rodrygo crearon los primeros síntomas de riesgo y halló premio al borde del reposo. Asensio se atrevió con una conducción vertical y centró a fin de que Vini rematara de cabeza a la izquierda de Blaswich. Gol sicológico, afirman.

El reposo reconcilió al Madrid con sus responsabilidades y con el honor que debe, o debería, enseñar siempre y en todo momento a su Copa de Europa, gane o pierda. Ancelotti revolucionó la defensa, dio entrada a Carvajal y Alaba y el equipo tuvo más sentido en ánima y en futbol. Presionó más alto y estuvo más activo en 3 cuartos de campo, mas falló en lo que decide los partidos: el gol. Y en 3 minutos confirmó su primera derrota de la época 17 partidos tras el comienzo.
En el minuto 78, Vinicius falló prácticamente a puerta vacía un pase de la muerte perfecto que había recibido de Asensio, y en la jugada siguiente Werner sentenció al Madrid. Simakan, imperial en el lateral derecho, halló hueco a la espalda de Alaba, llegó hasta línea de fondo y puso una asistencia horizontal medida a fin de que el atacante alemán solo tuviese que empujarla ante Courtois. Los blancos empujaron por orgullo en los últimos minutos y Rodrygo recortó distancias desde los once metros, mas era tarde aun para el Madrid.
La primera derrota Madridista este curso llegó por lo menos importaba, tal vez, mas en la competición que más duele. Igualar o prosperar contra el Celtic el resultado del Shakhtar-Leipzig le dará la primera plaza del conjunto. Quedan deberes.

TiroAlpalo