España consiguió el billete para la final de la Nations League tras una victoria agónica ante Italia (2-1) merced a un gol de Joselu en los minutos finales del partido, cuando todo parecía apuntar que el partido se iba a la prórroga. El equipo de Luis de la Fuente mostró una enorme personalidad frente a la actual campeona de Europa y consiguió un justo triunfo que fortalecerá, indudablemente, el nuevo proyecto. El último día de la semana, espera Croacia en la final.

Ganar a Italia siempre y en toda circunstancia es ganar a Italia, por más que la ganadora del campeonato continental se quedase fuera del pasado Mundial. La Azzurra está, como España, en un proceso de construcción que le ha llevado a la Final Four de esta tercera edición de la Liga de Naciones, mas siempre y en todo momento estuvo a la merced de un equipo de España que no estuvo refulgente, mas sí mostró ciertos bocetos de lo que puede ser.

El once de Luis de la Fuente fue revolucionario, con el seleccionador aún buscando su equipo tipo y probando jugadores a pesar de haber un título en juego. No obstante, la presión alta con la que la Roja arrancó el choque no tardó en tener su premio. Donnaruma le mandó un balón envenenado a Bonnucci, Yéremy Pino apretó y hurtó en la frontal y su remate a placer se transformó en el primer gol del partido a los 3 minutos.

El gol no relajó al equipo de España, con las ideas claras en los primeros minutos y las claras instrucciones de no dejar salir con sencillez a Italia. Un par de nuevos hurtos podían haber acabado en el segundo, mas lo que llegó, no obstante, fue el empate. No pudo tener peor fortuna Le Normand, a quien un centro que no iba a ningún lado le golpeó en el brazo en su estreno. Penalti claro y gol de Immobile, que engañó a Unai Simón.

El gol dejó tocado al equipo de España, que vivió sus peores instantes, con una preocupante falta de seguridad atrás. Frattesi le ganó la espalda a Jordi Alba e hizo el segundo, mas un milimétrico fuera de juego salvó a la Roja.

Pasados esos pocos minutos de agobios, los de De La Fuente empezaron a medrar y se hicieron con el mando del partido, si bien sin crear ocasiones. Apenas un par de intentos sin demasiado riesgo de Morata, al paso que Rodrigo Moreno y Yéremy Pino estuvieron desaparecidos.

El dominio de España fue a más en la segunda parte, que empezó con una muy, muy clara ocasión. Donnaruma evitó el gol en un remate a quemarropa de Mikel Merino, al paso que Morata, de espaldas, no acertó a marcar a portería vacía. Nuevamente el yerro frente al gol era un inconveniente.

Italia apenas creaba riesgo en sus tímidos contragolpes, si bien tampoco España era capaz de producir ocasiones de gol a pesar de que los cambios le habían dado un buen impulso a su juego ofensivo. Las dos elijas se respetaban demasiado y eso se apreciaba, todo parecía dirigido a una prórroga.

Y entonces, brotó Joselu con una de sus virtudes, el oportunismo. Rodri, que ya había rozado el gol un poco antes con una semichilena, lo volvió a procurar con un disparo desde fuera del área, el balón tocó en un defensor italiano y ahí brotó el delantero gallego para embocar el balón en la red. España estaba en la final de la Nations League.