Segunda

El futbol puede ser muy perjudicial y serlo por diferentes caminos. Por todos , o prácticamente, lo fue con el Nàstic en Balaídos. Los granas se quedaron con la miel en los labios. Igual que en Llagostera o en Ibiza, por refererir los dos últimos. La maldad de Jackson, bien entendida, para batir a Manu de las dos únicas formas posibles, probablemente, que hay para superar al meta andaluz.

Que el Girona jamás se da por vencido es una cosa que se conoce. Lo afirmó Míchel tras el duelo de ida, que eran "3 veces inmortales", como la urbe misma. Y los rojiblancos llegaron a Ipurua para probar que aún tenían vida. Un golazo de Borja García y la aparición en la prórroga del de siempre y en toda circunstancia, Christian Stuani, sirvió para dar la vuelta a la serie frente al Eibar y meterse en la final del playoff de ascenso. Ahora espera el Tenerife.

El Albacete va a estar el sábado en la final por el ascenso a Segunda División tras ganar por 2-1 al Rayo Majadahonda en un partido que ha tenido dos partes bien diferentes. En la primera mitad, el Albacete fue superior a su contrincante, estando bien plantando en el terreno de juego y teniendo más posesión de balón. Fruto de ese dominio, en el minuto 23, el equipo de Rubén de la Barrera adelantaba al equipo blanco con un tanto de Jordi Sánchez tras ganar la riña a la defensa contrincante y batir con un enorme toque a Nereo Champagne en su salida. El equipo manchego deseaba más y procuró un segundo gol que estuvo cerca en el minuto 33 mas Rubén Martínez no estuvo agraciado frente a la meta contrincante. Tras el reposo, el partido cambiaba por completo y el Rayo Majadahonda empezaba a reaccionar buscando el tanto de la igualada.

El Tenerife, haciéndole caso a su himno, prosigue adelante. En este partido de 180 minutos, que hoy vivió su segundo tiempo en Gran Canaria, el equipo de Ramis confirmó la superioridad de su estilo en este duelo fratricida, siempre y en todo momento efectivo, quizás una forma tan respetable de “jugar bien”. Las Palmas, impotente, no logró escalar la empalizada blanquiazul. Detrás, apostado, ejercitó como francotirador Enric Gallego, cuyo doblete acabó de garantizar la clasificación de su equipo. Ni en sus mejores sueños visualizó el Tenerife un primer tiempo tan plácido como el de esta noche en el Estadio de Gran Canaria. Apenas se había disputado un minuto de partido cuando Gallego erró una clara ocasión de gol tras un remate en semifallo sin contrariedades para Vales.