Waldo Rubio rompió con la maldición del Tenerife en las visitas del Huesca, un contrincante que había puntuado en sus 7 últimas comparecencias en el Heliodoro y que no caía en la isla desde nada menos que 1982. Un derechazo del extremeño, en el minuto 51, fue el chispazo preciso a fin de que los blanquiazules encadenaran su segundo triunfo sucesivo. Otro acierto del canterano Teto Martín, en el epílogo de la cita, alarga la depresión del cuadro de Ziganda tras su supresión copera.

Con dos contrincantes que conceden tan poco, lo normal era que el partido se decidiera en una acción apartada o por un detalle de calidad como el de Rubio, que resurgió de forma notable tras múltiples jornadas distanciado del césped por un inconveniente muscular.

El primer acto fue soso. El Tenerife manejó el balón, mas sus faltas ofensivas le impiden aún ofrecer cualquier género de vértigo que cause un riesgo real. Agita el árbol, mas sin la suficiente fuerza para que caiga algún fruto potable. Sin pases interiores con ventaja, todo cuanto produjeron los de Ramis fueron tímidos desmarques de Iván Romero o alguna cabalgada de Waldo Rubio, el más activo en los minutos iniciales.

Con este panorama no hubo demasiadas noticias en las áreas. Soriano fue un espectador más y el Huesca se resguardó con orden y no pasó ningún agobio. En verdad, Andrés Fernández solo intervino para desviar a córner un disparo escorado de Romero y otro de José Ángel Jurado desde la frontal.

Tras el reposo, el meta oscense sostuvo indemne a su equipo cuando le sacó un remate a quemarropa a Gallego, en el 48, tras una cabalgada de Teto por la derecha. No obstante, no pudo lograr a detener un zapatazo de Waldo Rubio desde el balcón del área, apenas 3 minutos después, con el que el Tenerife abrió la lata. Fue el premio a la mayor energía local y un estímulo a fin de que los visitantes salieran de la zona de confort en la que llevaban instalados desde el pitido inicial.

El golpe despertó al Huesca de su sopor y los aragoneses estuvieron a puntito de empatar en el minuto 63, con un disparo de Florian Miguel que sacó prodigiosamente a córner Mellot con Soriano ya batido.

Hallaron los locales el aire que precisaban prácticamente en el epílogo. La entrada de Mo Dauda dio una marcha más al Tenerife. El ghanes asistió a Teto Martín y el canterano, con un potente derechazo, doblegó la estirada de Andrés Fernández, que rozó el balón mas no lo bastante para impedir que se colara en su portería.

Tuvo aun el Tenerife el tercero, en un disparo de Gallego que repelió el travesaño, y el Huesca pudo acortar distancias en el minuto 92, con un zapatazo lejano de Rubén Pulimentado que acertó a desviar Soriano.