El Mirandés se queda con el partido de los 7 goles (3-4) | VIDEO-RESUMEN + GOLES

El Real Sporting de Gijón se encaraba en una vernal tarde de domingo en El Molinón - Enrique Castro 'Quini' a un CD Mirandés que compartía situación clasificatoria con los asturianos. El partido de los de Miguel Ángel Ramírez, no obstante, lejos estuvo de ser ligerísimamente competitivo en cómputos generales para con la situación del equipo. Los fallos propios dieron alas a los de Joseba Etxeberría, que fueron tan concluyente en el área como enclenques por lo general en el caso de los rojiblancos. Pese a las revitalizadas esperanzas en el tramo final, lo sucedido en el global de los 90 minutos deja muy marcados a los asturianos.

3 fueron los cambios introducidos por Ramírez en el once inicial. Guille Rosas y Dani Queipo, ya recuperados de sus molestias, volvían a la titularidad en menoscabo de Pol Valentín y Jony Rodríguez, cerrando estas modificaciones la incorporación de Uros Milovanovic a la punta del ataque tras los inconvenientes del Sporting en la delantera en las últimas horas con las lesiones de Jeraldino, Campuzano y Djuka.

En una bella tarde, idónea para la práctica del futbol en un tiempo puramente vernal que acabaría tornándose en el más obscuro de los grises por lo futbolístico, El Molinón lucía un enorme aspecto, comenzando por el propio césped. Los trabajos de mejora y mantenimiento del tapete gijonés ya empiezan a dar sus frutos, y el verde del templo rojiblanco empieza a recobrar el buen aspecto que siempre y en toda circunstancia le caracterizó.

El futbol empezó acompañando a dicho escenario, mas no tardaría en torcerse. El Sporting se mostró dominador del balón en los primeros acompases y mostrando una progresión en el momento de salir jugando desde atrás y de edificar el juego para llegar a campo contrincante. No obstante, las áreas, que acaban siendo lo más definitivo en esto del futbol, no sostenían el nivel de lo demás en el comienzo. A los de Ramírez les costaba un planeta producir situaciones de remate a portería contrincante por más que pudiesen rondar el área de Herrero. Todo lo opuesto de un Mirandés que toda vez que podía llegar lo hacía de forma clarísima, encontrando la grieta en la zaga rojiblanca o aprovechándose del fallo local, el que, nuevamente, marcó de forma negativa el partido de los asturianos.

Tras un saque de banda, supuestamente inofensivo, llegó una pared en banda que dejó el carril libre a fin de que Juanlu ganase línea de fondo y encontrase completamente solo con un pase atrás a Salinas, que definiría a placer. Un género de jugada que ya ha costado más de un gol últimamente al Sporting. Tocaba bogar a contracorriente, nuevamente. El dominio de balón no conseguía ser suficiente, mientras que el Mirandés volvía a aprovecharse de un error: Mala entrega interior de Pablo Insua, pérdida fatal y transición con todo de cara para los burgaleses, que con un pase filtrado de Raúl García a la espalda de Marsà hallaría el desmarque de rotura de Carreras para acotar a placer frente a la salida de Cuéllar. En menos de media hora el Sporting se veía 0-2 abajo.

Los minutos de forma inmediata siguientes al segundo golpe recibido patentizaron el mazazo en los jugadores rojiblancos, con una ventaja que bien pudo ampliarse a favor del Mirandés. Los de Etxeberría tenían todo el riesgo que le faltaba al Sporting. Aun así, pese a la rápida reacción del equipo con un golazo de Pedro desde fuera del área con un potente disparo, el Mirandés siguio teniendo en su mano la receta de la victoria: el dominio de las áreas.

Los fallos individuales se sucedían, tanto en salida de balón como en la defensa del área, imposibilitando cualquier posibilidad de competir. Ramírez deseaba un equipo capaz de mantenerse competitivamente a lo largo de más tiempo en los partidos. Hoy se "consiguió" todo lo opuesto.

El segundo tiempo no dio margen ni para recobrar un mínimo de esperanza con el 1-2 que imperaba en el marcador. A los 3 minutos del reinicio del juego, nuevo fallo en salida de balón, pérdida y máximo castigo. Pinchi ponía el 1-3 y distanciaba cualquier atisbo de sacar algo positivo en el día de hoy. Los jugadores, fallecidos en lo anímico, elevaron el número de fallos individuales, transformando en una tortura el devenir del encuentro para el apasionado Sportinguista.

Para colmo, una pérdida más cerca del área propia dejaba en bandeja el remate a Juanlu desde la frontal, que pondría el 1-4 frente a la sonora pitada del público de El Molinón. Cada gol caía como una loseta imposible de levantar. Entorno desangelado como rara vez se llega a ver en el templo gijonés.

La imagen del equipo no pudo ser peor, mas el descuento depararía un halo de esperanza. Aitor García conseguiría un doblete aprovechando la parsimonia de un Mirandés que había dejado noqueado al Sporting. Los rojiblancos llegaron a tener ciertas ocasiones en el tramo final, ya que los de Etxeberría los sostenía con vida. Pese a ello, se acabó confirmando una dolorosa derrota que sostiene al Sporting en el fondo de la clasificación, a 7 puntos de una Ponferradina que marca la zona de descenso y que aún debe disputar esta noche su partido en Granada.

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