Australia ha dado más vida que jamás al conjunto D. Su victoria ante Túnez tras sacar petróleo de su prácticamente único remate de riesgo del partido, obra de Duke (23'), ha dejado todo abierto, a cargo de lo que suceda en el Francia-Dinamarca, para la última jornada.
No comprende nada Túnez, que está al filo del KO. Probablemente tras el partido se hable de su buen posicionamiento, de sus buenas pretensiones, mas la realidad es que lleva solo un punto tras empatar en el debut contra Dinamarca, partido del que asimismo salió bañada en encomios. Su futbol veloz, vertical y violento es bonito de ver, mas le falta lo más esencial, el gol. Dos partidos y no ha hecho ninguno.
Esta vez comenzó tarde Túnez a manejar las bridas del partido. Australia, contra pronóstico, comenzó ordenada y con ideas claras. Jugando a descargar con Duke en busca del tercer hombre y con una presión en 3 cuartos eficaz. Jugó cómoda y Graham Arnold comprendió el papel que debía hacer su equipo para anticiparse, y lo hizo tras un cabezazo de Duke en una enorme jugada que exactamente comenzó el punta descargando (23').
En ataque no hizo considerablemente más Australia. Por no decir nada. Túnez activó el chip mental que le hizo apretar a Dinamarca y toda la segunda parte fue un monólogo. Jugando con criterio, buscando las espaldas tras hurto y el juego de creación cuando Australia se cerró a cal y canto, lo único que faltó es el acierto en el área.
Igual peca Túnez de buscar demasiado a Msakni, mas poco se le puede inculpar de ello. El capitán es el arma diferencial de Jale Kadri, mas solo no puede hacerlo todo hasta terminar. Y menos si Australia tenía escrito en su cabeza que debían acorralarlo y darle pocos espacios.
Eso lo hizo de forma muy atinada Australia. Midió bien las distancias, estableció buenos marcajes y fue inteligente para explorar ataques que no partiesen por la mitad al equipo. Tanto, que las más claras, si bien solo fuesen dos, para marcar el próximo fueron para los 'socceroos', que se valieron de su único gol y su experiencia en los Mundiales para proseguir soñando.
Esta vez comenzó tarde Túnez a manejar las bridas del partido. Australia, contra pronóstico, comenzó ordenada y con ideas claras. Jugando a descargar con Duke en busca del tercer hombre y con una presión en 3 cuartos eficaz. Jugó cómoda y Graham Arnold comprendió el papel que debía hacer su equipo para anticiparse, y lo hizo tras un cabezazo de Duke en una enorme jugada que exactamente comenzó el punta descargando (23').
En ataque no hizo considerablemente más Australia. Por no decir nada. Túnez activó el chip mental que le hizo apretar a Dinamarca y toda la segunda parte fue un monólogo. Jugando con criterio, buscando las espaldas tras hurto y el juego de creación cuando Australia se cerró a cal y canto, lo único que faltó es el acierto en el área.
Igual peca Túnez de buscar demasiado a Msakni, mas poco se le puede inculpar de ello. El capitán es el arma diferencial de Jale Kadri, mas solo no puede hacerlo todo hasta terminar. Y menos si Australia tenía escrito en su cabeza que debían acorralarlo y darle pocos espacios.
Eso lo hizo de forma muy atinada Australia. Midió bien las distancias, estableció buenos marcajes y fue inteligente para explorar ataques que no partiesen por la mitad al equipo. Tanto, que las más claras, si bien solo fuesen dos, para marcar el próximo fueron para los 'socceroos', que se valieron de su único gol y su experiencia en los Mundiales para proseguir soñando.