Australia "se carga" a Francia en los penaltis (0-0)

Canta la grada llena “Waltzing Matilda”, 49.400 feligreses en el Suncorp Stadium de Brisbane, cuando Cortnee Vive, pelirroja, cara de pequeña, mas inexorable, engaña a Solene Durand, la portera de Francia y mete a Australia en semifinales tras una inacabable tanda de penaltis. “Corre mucho, mas muestra poco sus emociones, es la jugadora ideal para un instante así”, apuntan sus técnicos. Es el tercer match ball de las matildas, que en su décimo lanzamiento logran lo que parecía poco probable al principio del partido, cuando el equipo francés bombardeaba la portería Australiana.

Mas eso fue en el comienzo. Entonces Francia se volvió pálida, como el color azul de su camiseta Mundialista, y el partido se equilibró por el empuje local y unas tribunas llenas de pasión. John Aloisi, el exjugador de Osasuna, lo resume contenta en la T.V. Australiana: “Esta Copa del Planeta reúne al país. Todo el planeta está detrás, pensando que se puede llegar a la final”. Furor amarillo en el feudo de los Brisbane Disonantes. Por vez primera Australia llega a semifinales. Debió aguardar a los penaltis, mas el sufrimiento mereció la pena para todo el país, que se felicita de ser el coorganizador del campeonato.

Empezó Francia con más empaque, segura de sí, y logró que Arnold, la meta Australiana se sintiese intranquiliza a lo largo de la primera media hora. 9 disparos a puerta de las azules certificaron un dominio que fue yendo a menos y empezó a ser salpicado por las acciones Australianas, que levantaban a la grada. El juego se equilibró y Fowler tuvo un par de ocasiones para adelantar a Australia. En la segunda parte, la paridad fue más evidente aún. En Francia, Toletti daba signos de cansancio, hasta el momento en que fue reemplazada, y a pesar del empuje de Renard, el futbol no fluía.

En el equipo local, Tony Gustavsson, puso en el campo a Sam Kerr, la jugadora del Chelsea, que se transformó en una pesadilla para Francia. No obstante no hubo tantos, llegó la prórroga y en ella, un fallo monumental del equipo arbitral, que transformó en saque de esquina una acción en la que el balón se había ido meridianamente por la línea de fondo ya antes del centro francés. En el córner, Kennedy marcó en propia puerta, mas la árbitra, María Carvajal deseó ver un empujón de Renard para cancelar un gol que habría tenido polémica.

Con el marcador a cero, los penaltis debían decidir. Hervé Renard efectuó dos movimientos tácticos en el último minuto de la prórroga. Cambió a la portera Peyraud-Magnin por Solene Durand y sacó asimismo al campo a una especialista, Perisset. La jugada no le salió bien completamente. La futbolista del Chelsea lanzó su tiro al palo y le dio a Australia su primera ocasión de pasar a semifinales, mas el lanzamiento de la meta Arnold asimismo se estrelló en la madera. Entonces, Kenza Dali vio como la portera Australiana le adivinaba el tiro, que, revisado por el VAR, debió regresar a lanzarse. Inquieta, la francesa lo tiró al mismo sitio, donde asimismo aguardaban las manos de Arnold. Era la segunda ocasión local que desaprovechó Hant. Durand estuvo lista.

Mas a Vicki Becho le tremían las manos al poner la pelota para el décimo lanzamiento francés. Jamás creyó que debería hacerlo. Su disparo se estrelló en el poste. A la tercera, la frialdad de Vine terminó con el suspense. Batió a Arnold y echó a correr entre lágrimas, mientras que la grada volvía al “Waltzing Matilda”, ese himno diligente de Australia que resume el furor por su selección femenina.

TiroAlpalo