Las fiestas no terminan hasta el momento en que se encienden las luces, y la de la inauguración del remodelado estadio de La Porcelana no fue una salvedad. La parroquia del cuadro 'groguet' debió aguardar al minuto 88, mas pudo festejar su primera victoria merced al heroico testarazo de Foyth que acabó la remontada del Villarreal frente al Valencia.
El 'Submarino Amarillo' tenía prisa por descorchar la botella en su nuevo estadio, y apenas tardó un minuto en protagonizar la primera acción de riesgo. Y qué acción, dicho sea de paso. De aquellas que resulta incomprensible que no acabe en gol. Tras un buen desmarque, Baena se plantó en situación de codo con codo ante Mamardashvili, mas prefirió ceder a Gerard ya antes que probar fortuna. Con el portero ya vencido, el de Santa Perpetua tenía toda la portería para él solo, mas su intento se perdió por la línea de fondo.
El susto inicial despertó al Valencia, que se volcó en busca del gol. El primero en procurarlo fue Cavani, que consiguió conectar un testarazo en boca de gol al que Reina respondió con una mano fenomenal. No iba a informar un par de veces 'El Matador' y, aprovechando el rechace tras una enorme acción individual de Samuel Lino, mandó el esférico en el fondo de la red.
El cuadro 'groguet', espoleado por las demandas del reloj cronómetro, tiró de pragmatismo para firmar el empate. Solo precisó dos toques a fin de que el balón pasara de su campo al revés. El primero fue de Parejo, que se ideó un espléndido pase en profundidad para superar a la defensa. El segundo fue de Gerard, que con un cambio de orientación dejó a Chukwueze solo en el área. El nigeriano tuvo todo el tiempo del planeta para supervisar y batir al portero con un disparo por el palo largo.
El paso por los vestuarios enfrió las revoluciones de los futbolistas, por lo que tanto Gattuso como Setién echaron mano al banquillo para menear el avispero. Los dos técnicos apostaron por jugadores de vocación ofensiva y el ritmo volvió a acrecentar, mas los porteros relucieron sobre los delanteros. Tanto Reina como Mamardashvili firmaron paradas de mérito a lo largo del segundo acto.
Cuando el partido parecía visto para sentencia, Foyth hizo acto de presencia. El vencedor del planeta con Argentina surgió sobre los centrales para conectar un testarazo que inclinó la balanza de forma terminante en favor del cuadro 'groguet'. Paradójicamente, Foyth halló en Diakhaby a su mejor aliado, ya que el guineano entorpeció la salida de Mamardashvili y dejó que el argentino pudiera cabecear a placer.
El susto inicial despertó al Valencia, que se volcó en busca del gol. El primero en procurarlo fue Cavani, que consiguió conectar un testarazo en boca de gol al que Reina respondió con una mano fenomenal. No iba a informar un par de veces 'El Matador' y, aprovechando el rechace tras una enorme acción individual de Samuel Lino, mandó el esférico en el fondo de la red.
El cuadro 'groguet', espoleado por las demandas del reloj cronómetro, tiró de pragmatismo para firmar el empate. Solo precisó dos toques a fin de que el balón pasara de su campo al revés. El primero fue de Parejo, que se ideó un espléndido pase en profundidad para superar a la defensa. El segundo fue de Gerard, que con un cambio de orientación dejó a Chukwueze solo en el área. El nigeriano tuvo todo el tiempo del planeta para supervisar y batir al portero con un disparo por el palo largo.
El paso por los vestuarios enfrió las revoluciones de los futbolistas, por lo que tanto Gattuso como Setién echaron mano al banquillo para menear el avispero. Los dos técnicos apostaron por jugadores de vocación ofensiva y el ritmo volvió a acrecentar, mas los porteros relucieron sobre los delanteros. Tanto Reina como Mamardashvili firmaron paradas de mérito a lo largo del segundo acto.
Cuando el partido parecía visto para sentencia, Foyth hizo acto de presencia. El vencedor del planeta con Argentina surgió sobre los centrales para conectar un testarazo que inclinó la balanza de forma terminante en favor del cuadro 'groguet'. Paradójicamente, Foyth halló en Diakhaby a su mejor aliado, ya que el guineano entorpeció la salida de Mamardashvili y dejó que el argentino pudiera cabecear a placer.