El Real Valladolid desea continuar un año más en Primera y este martes ha sumado una muy importante victoria frente al FC Barcelona, por 3-1. Christensen, en propia puerta; Larin desde el punto de penalti y Gonzalo Plata fueron los autores de los tantos vallisoletanos, que le dejan soñar con la salvación. El tanto blaugrana fue obra de Robert Lewandowski, que lleva ya 23 tantos, y prosigue siendo el Pichichi de la Liga. Con este resultado, el Valladolid suma 38 puntos y logra salir de los puestos de descenso, a la espera de lo que haga el Getafe este miércoles frente al Betis.

El Barça por su lado, suma su segunda derrota sucesiva en Liga y se queda con exactamente los mismos 85 puntos que tenía hace dos jornadas cuando se proclamó vencedor. El primero tanto del encuentro llegó a los dos minutos obra de Christensen, que marcó en propia puerta cuando trataba de despejar un balón que iba para un Larin que aguardaba a solas para rematar. Así, ya en el minuto 2, los valisoletanos adquirían ventaja para encarar un partido que se preveía complicado.

Y se complicó aún más con la lesión de Joaquín, al que reemplazó el canterano David Torres en el minuto 16. A eso se agregaba un mayor acercamiento del contrincante, con estrellato para Raphinha, cuyo disparo despejó Masip.

La necesidad de los locales se tradujo en empuje. Y en una de las llegadas al área blaugrana -en este partido, dorada-, Ter Stegen salió mal, dejando la portería vacía y, para eludir el disparo de Plata, Eric García acabó derribándole de forma clara, con lo que el agremiado no vaciló en el momento de indicar la pena máxima.

El responsable de convertir el penalti fue Larin, con un disparo raso, pegado al poste izquierdo, que no pudo detener el cancerbero alemán. 2-0 y la afición entregada a su equipo, a fin de que sostuviera la intensidad, ya que el Barça no podía disculpar más.

En verdad, Masip impidió el primer tanto visitante, con dos intervenciones consecutivas: la primera, para detener el disparo de Raphinha y, tras el córner, el remate de cabeza de Christensen.

Tras la reanudación, Xavi Hernández movió fichas, y cambió a Ter Stegen -para resguardar el trofeo Zamora- y a Sergi Roberto, por Kessie. Y ya desde el primer instante dejó claro que no estaba presto a hacer más concesiones.

La llegada desde atrás de Balde pudo haber hecho mucho daño, mas no tuvo precisión y mandó el balón al lateral de la meta local. Ese inicio del dominio catalán llevó consigo cambios en los locales: Roque Mesa y Olaza, que no acostumbran a ser titulares, fueron reemplazados por Monchu y Escudero. Hacía falta aire limpio para frenar al Barça.

La consecuencia inmediata fue una llegada del Real Valladolid, con un centro de Plata que procuraba a Larin y que terminó rozando el palo. Deseaban más tantos, y se volcaron en ese empeño, frente a la posibilidad de que los blaugrana pudiesen recortar distancias y apareciesen los nervios.

Y este llegó, con suspense, pues fue revisado por el VAR por posible fuera de juego, mas por último se comprendió que Larin salió en la situación adecuada y el gol de Plata, tras el centro del delantero canadiense, subió al electrónico del estadio pucelano.

Los locales, tras bastante tiempo, jugaban a la contra, creaban incesantes ocasiones. Se apoderaron del juego, hasta el punto de que pudieron agregar otro gol, mas ni Lucas Rosa, cuyo remate fue repelido por el travesaño, ni Plata, con un remate de cabeza, consiguieron subir el cuarto.

A cambio, Lewandowski sí anotó e inauguró el casillero del Barça, dejando el que sería el terminante 3-1. 3 puntos que dan oxígeno al Real Valladolid, en su lucha por proseguir en la máxima categoría del futbol nacional.