El Real Madrid volvió a sacar petróleo a balón parado. Si frente al Alavés, en el último partido de 2023, fue Lucas Vázquez el que asistió al rescate para sellar un triunfo por la mínima al salir de un córner, en el estreno de 2024, fue Rüdiger quien se erigió en salvador para despachar a un buen Mallorca y sellar el torneo de invierno de los blancos.
En la anterior del encuentro, Javier Aguirre ya dejó claro cuál era el guion de partido que aguardaba y no se confundió mucho el veterano técnico mexicano. Como era de aguardar, su contrincante era el que prácticamente monopolizaba la posesión del esférico, mas al cuadro bermellón tampoco se le veía incómodo defendiendo, sino más bien todo lo opuesto.
Con una defensa de 5 hombres muy ordenada, a pesar de cargarse Van der Heyden con una amarilla en el primer minuto de juego, el Mallorca obLigaba a los blancos a tocar y tocar de una banda a otra, mas sin encontrar huecos en su muralla. Y, al tiempo, el cuadro tirotear no se lo pensaba un par de veces al montar veloces contras y plantarse con riesgo en los dominios de Lunin, de vuelta al once.
Mas la más clara ya antes del reposo la tuvo el Mallorca con un remate al travesaño de Antonio Sánchez tras el centro de Dani Rodríguez desde la banda derecha en el minuto 41. Una acción que hizo contener la respiración a un Bernabéu que despidió con pitos al agremiado al reposo por su teorética permisividad con los jugadores visitantes,
Tras el paso por vestuarios, el Mallorca salió más valiente si cabe, teniendo más el balón y poco a poco más cómodo en su papel. Y de esa forma, volvió a disfrutar de otra muy clara ocasión en las botas de Samu Costa en el minuto 54, mas su disparo lejano se estrelló en la cepa del poste.
Aún tuvo otra buena llegada acto seguida el conjunto bermellón en las botas de Antonio Sánchez, cuyo disparo desde el interior del área se fue desviado. Y mientras, Ancelotti procuraba soluciones con la entrada de Joselu y Brahim, que tuvo en su cabeza el gol en el minuto 69. Rajkovic respondió con un paradón al disparo de Rodrygo y a puerta vacía, el malagueño se lanzó en plancha y estrelló su cabezazo en el palo.
Mas cuando el duelo se acercaba a su final, en el 78’, el Madrid consiguió derruir el muro bermellón al salir de un córner. Modric la puso al corazón del área y ahí surgió Rüdiger para saltar más que absolutamente nadie y sacarse un cabezazo a la escuadra. Irrevocable. Un gol que vale 3 puntos y el título honorífico de vencedor de invierno.
Con una defensa de 5 hombres muy ordenada, a pesar de cargarse Van der Heyden con una amarilla en el primer minuto de juego, el Mallorca obLigaba a los blancos a tocar y tocar de una banda a otra, mas sin encontrar huecos en su muralla. Y, al tiempo, el cuadro tirotear no se lo pensaba un par de veces al montar veloces contras y plantarse con riesgo en los dominios de Lunin, de vuelta al once.
Mas la más clara ya antes del reposo la tuvo el Mallorca con un remate al travesaño de Antonio Sánchez tras el centro de Dani Rodríguez desde la banda derecha en el minuto 41. Una acción que hizo contener la respiración a un Bernabéu que despidió con pitos al agremiado al reposo por su teorética permisividad con los jugadores visitantes,
Tras el paso por vestuarios, el Mallorca salió más valiente si cabe, teniendo más el balón y poco a poco más cómodo en su papel. Y de esa forma, volvió a disfrutar de otra muy clara ocasión en las botas de Samu Costa en el minuto 54, mas su disparo lejano se estrelló en la cepa del poste.
Aún tuvo otra buena llegada acto seguida el conjunto bermellón en las botas de Antonio Sánchez, cuyo disparo desde el interior del área se fue desviado. Y mientras, Ancelotti procuraba soluciones con la entrada de Joselu y Brahim, que tuvo en su cabeza el gol en el minuto 69. Rajkovic respondió con un paradón al disparo de Rodrygo y a puerta vacía, el malagueño se lanzó en plancha y estrelló su cabezazo en el palo.
Mas cuando el duelo se acercaba a su final, en el 78’, el Madrid consiguió derruir el muro bermellón al salir de un córner. Modric la puso al corazón del área y ahí surgió Rüdiger para saltar más que absolutamente nadie y sacarse un cabezazo a la escuadra. Irrevocable. Un gol que vale 3 puntos y el título honorífico de vencedor de invierno.