Un delirio de 5 minutos (del 42′ al 45+2′) que delimitó la torpe expulsión de Iza y los tantos de Isi y Álvaro García. Punto final -fugaz- a lo que era un monólogo; solo existía el Rayo Vallecano frente a un Cádiz misérrimo en el césped, mas sobresaliente en la grada. Su gente, hermana de la barriada, es y va a ser siempre y en todo momento su mejor jugador. Y eso no lo pueden decir todos y cada uno de los clubes.
Esta vez Iraola no deseó crujir su rutina. Con Trejo ya recuperado de la fractura del meñique que padeció frente al Getafe -decidió no operarse y por el momento va a jugar con un ostentoso vendaje-, la mediapunta volvió a los dominios del capitán. En defensa, Lejeune (que tuvo una tarde de killer) mantuvo su plaza a pesar del buen hacer de Mumin en el Metropolitano y arriba, esta vez no hubo margen para el debate: Falcao fue baja por molestias, por lo que volvió Camello.
Y con los once marineros de las grandes ocasiones, a bogar. Martillo pilón de un equipo que llegó al reposo rozando el 70 por ciento de posesión. No existió el Cádiz, cuya posesión más larga hubieron de ser 6 pases y todos en campo propio. En extraño, nada. Dimitrievski solo tocó un balón con los guantes -literalmente- y fue para blocar de forma mansa un centro lateral. El inconveniente para la Franja era que su dominio no acababa de traducirse a veces peligrosas.
El erre que erre en los centros laterales, fórmula ya comprobada como errada, embarrancaba a un Santa Inés que deseaba, mas no podía. Con un dominio aplastante y un 0-0 en el marcador. Mas rozando la media hora se hizo clic. Y comenzaron los disparos lejanos y los duelos individuales. Ahí aloqueció todo, por el hecho de que ahí este Rayo sí es una insensatez. Comesaña disculpó una triple en el área (dos paradones de Ledesma y un cabezazo alto) y Alvarito estrelló un obús en los guantes de Ledesma. Se había liberado una tormenta.
Y tras el relámpago, llegó el trueno. Exactamente el mismo Álvaro García se retorció de dolor tras poner un centro del área. Tras unos momentos de confusión, Comesaña tiró el balón fuera por banda y la faena pasó a las manos del VAR, que apenas tardó unos segundos en enviar al árbitro al 16:9 de la banda. El comecome en la grada se volvió jolgorio con la resolución final: penalti y expulsión. Iza pisó al utrerano en el tobillo, acción imprudente y roja directa. El Rayo lleva 3 partidos seguidos con un penalti a favor. Esta vez Trejo pasó el testigo y lo recogió Isi, que marcó raso y a su izquierda. Melocotonazo.
Quedaba otra. Pues Sergio González trató de recomponer a su equipo con Sobrino -delantero centro y reprendido- en el lateral derecho. ”Si van a ser solo un par de minutos”, debió meditar. Mas el Rayo olió la sangre. Y abusó todo cuanto pudo de los balones a su espalda, hasta el momento en que uno entró; Álvaro García hizo un control de profesor, enfrentó a Ledesma y fusiló con un disparo alto. Jaque mate. En 300 segundos todo había cambiado; todo había quedado resuelto.
La segunda parte fue lo que se podía esperar: un espectáculo. El Cádiz ya se sabía en el sepulcro, mas amagó con batallar por su orgullo; el Rayo manejó el timón sin temor. En verdad, la segunda expulsión transformó el roto en un destrozo: Luis Hernández derruyó a Fran García para recortar una contra y vio la segunda amarilla. Para colmo, en esa falta Lejeune sacó a resplandecer su fusil e hizo el 3-0 con un chut potente al palo del portero. El Pacha consoló como pudo a Ledesma. Mas ya no había consuelo al que sujetarse. Menos aún cuando Camello hizo el cuarto en un codo con codo.
La afición gaditana, a esas alturas, optó por tirar de cachondeo. ”Hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual”, “queremos otra tarjeta” y ”Salvi, métete en propia”, entre otros muchos. Segundos después: gol de Balliu en propia. Lo cantó hasta Vallecas. Fue la guinda a una tarde que en vez de pesadilla, decidieron transformar en… algo pasable. Nteka vio la tercera roja de la tarde por una agresión sin ningún sentido y Lejeune, en un córner, hizo la manita. Ganó la Franja, que con 15 puntos y a pesar de estar en el mes de octubre, ya tiene tercio de permanencia en el bolsillo. El Rayo Vallecano no marcaba 5 tantos (o más) en Primera desde el 7 de abril de 2012 (6-0 a Osasuna).