Gerard Moreno propicia los primeros tres puntos de LaLiga para el Villarreal (0-1) | VIDEO-RESUMEN + GOLES

Lo había anunciado Javier Aguirre antaño del partido: “ellos tendrán la pelota y nosotros esperaremos nuestras oportunidades”. Y así fue. Aunque claro, todavía dio a aprender que Sergi Darder sería titular y el de Artà empezó el choque de este viernes sentado en el escabel. Tampoco dijo que el Mallorca jugaría a pegar por delicado un realizable empate, como pareció.

El Villarreal fue mucho mejor en la segunda parte, marcó un acierto legal, pudo universalizar su utilidad si el conclusión particular Rajkovic no llega a salir su cartilla de paradas, mientras tanto el Mallorca, siempre defensivo, tan solo intentó al final un empate que no llegó. El partido arrancó con posesión estéril del Villarreal ante un Mallorca enrocado en trinchera y buscando un contragolpe liberador. Pero nadie de entreambos combatientes se movió de ahí y los cancerberos fueron únicos espectadores en la primera parte.

Ambos útiles interpretaron el argumento preestablecido. Sólo dos epílogos divergentes de Álex Baena (minutos 30 y 38), agitaron un tanto la placidez de un primer transcurso que no mostró siquiera un solo tiro entre los tres maderos. En el minuto 41, lo peor del fútbol: ofensa en el tobillo siniestro (aparente fractura) del monitor local, Antonio Raíllo, que tuvo que ser retirado en camilla y sustituido por Gio González.

Tras el recreo, Aguirre metió en el ámbito a Sergi Darder y a Samu Costa, retirando a Amath y Morlanes en rebusca de mantener de balones a Muriqi. Por su parte, Quique Setién no movió habitación. En el minuto 52, Gerard Moreno marcó, empero el acierto fue suprimido por clara pasada previa. Minutos más tarde, sería el verdadero Moreno quien, esta sucesión sí, adelantaría a su grupo al atropar un rechace del portería Rajkovic, tras un vocerío en el área a la salida de un córner. Y a mamá de acá, el Villarreal se agigantó.

De hecho, Rajkovic efectuó aun tres de actividades alucinantes que evitaron el 0-2 ante un Mallorca que, al efecto, intentó escurrirse por encima con Larin y Muriqi jugando adosados en cima. Pero nada. Quique Setién fortificó su núcleo del labrantío y su exculpación en investigación de albergar la utilidad, ante un Mallorca que había ‘tirado’ la primera parte y que se despertó demasiado tarde.

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