El Real Madrid ve como el FC Barcelona se aleja hacia la cabeza de la clasificación liguera y se queda a 4 puntos de distancia después de no pasar del empate en Las Palmas. El equipo blanco solo consigue perforar la misión local de penalti para igualar un desafío que había decantado en los primeros acompases Moleiro.

El tanto del jugador canario fue un golazo en el que bailó a la defensa madridista cuando solamente habían entrado en el partido (min. 5). Desde el 1-0 y hasta el reposo , el aparato visitante volvió a enseñar la imagen sin ideas que ya se vió en sus dos primeros duelos de Liga. Un equipo sin ninguna lucidez en ataque, a pesar de contar con los nombres que llenan todas y cada una portadas.

En el intermedio, Ancelotti ingresó a Rodrygo en el campo. El brasileiro había sido el sacrificado en el once titular, pero su entrada en el puesto de Brahim cambió al grupo. El peligro se volcó a la banda derecha y adjuntado con Lucas Vázquez crearon las mejores oportunidades.

De sus botas nacería la ocasión por la cual el Real Madrid lograría el empate. Un penalti por mano clara de Suárez dentro del área pequeña, que materializaría en el empate Vinicius (68\').

El partido desde entonces solo tuvo un color, el blanco (Las Palmas marcaría un gol anulado por fuera de juego en la única aproximación al área visitante). Sin embargo , la inclusión en la contienda de Endrick o de Güler no facilitó los goles. El brasileiro remató todo cuanto le llegó, pero esta vez su punto de mira no se encontraba lo afinado que estuvo en el Bernabéu.

Con el triple pitido final, Ancelotti tomó pronto el sendero de los vestuarios con la preocupación que genera el empate. No es solo la distancia que abre ahora el eterno contrincante , es la ausencia de conexión otro día mucho más entre sus estrellas atacantes.