Para el Celta no hay esta temporada triunfo sin sufrimiento, mas el conjunto vigués respira algo más apacible tras doblegar con más apuros de los deseables al colista en un duelo que pudo liquidar pronto y no tuvo franco hasta el descuento, cuando la expulsión de Bigas le despejó claramente el camino. Iago Aspas firmó, tras una portentosa acción de Gabri Veiga, una victoria improrrogable que pone fin a una sequía de 7 partidos y despeja durante un momento el horizonte de nubarrones.
Un triunfo claro, preciso y justo, mas que lanza asimismo ciertas dudas por los evidentes inconvenientes que el conjunto de Carvahal está encontrando para cerrar los partidos cuando se pone en ventaja en el marcador. Le falta instinto asesino para dar el tiro de gracia y termina sudando la gota gordita. Le ocurrió frente al Sevilla y volvió a pasarle ayer de noche en el Martínez Valero, si bien esta vez el conjunto vigués ofreció un alto nivel protector (apenas concedió un par de ocasiones) y mostró sentido práctico en el manejo de los tiempos.Supo nadar y guardar la ropa, en qué momento presionar y en qué momento replegarse para dominar a un contrincante combativo, que presentó batalla prácticamente hasta el final. No le importó al equipo vigués ceder la pelota pues se sintió seguro atrás y halló espacios para desplegar la contra, su mejor arma desde la llegada del nuevo técnico.
Carvalhal desea que su equipo medre desde la seguridad. Quizás por esta razón volvió a desplegar frente al Elche defensa de 5 y un once prácticamente idéntico al que empató frente al Sevilla. La única novedad fue Paciencia, que relevó a Larsen como pareja de Aspas. El cambio resultó definitivo pues el portugués fue clave en el gol que terminó por dar los 3 puntos a los celestes, que encauzaron prontísimo el partido en una acción de puro talento: Mallo sacó de banda cerca del lateral del área, Paciencia la elevó sobre su marcador con un bello ademán técnico y el balón le cayó a Gabri Veiga, que le quebró la cintura a su marcador pegado a la línea de fondo y puso un centro mortal que no despejó Edgar Badía y Aspas embocó con el pecho sobre la raya de la portería. 8 tantos suma ya el moañés este curso, que comienza 2023 marcando tras acudir a Veiga en el último partido del pasado año.
No podía imaginar mejor inicio el Celta y peor el Elche, cuyo técnico Pablo Machín renunció a su frecuente defensa de 5 para desplegar un once con 4 atacantes (Morente, Pere Milla, Roger y Floté) y que a los 5 minutos de que el balón echara a rodar ya iba por detrás en el lumínico. Mas el conjunto franjiverde encajó el golpe con entereza. Demasiada tal vez para un equipo que aún ignora la victoria esta temporada y que ha encajado tantos en todos y cada uno de los partidos que ha disputado hasta la data. Sin demasiado filo, el cuadro ilicitano amagó riesgo con una galopada de Roger que forzó a lucirse a Marchesín. El argentino soportó bien y venció en el codo con codo al Valenciano con una magnífica intervención, si bien el árbitro anuló la jugada por fuera de juego.
El Elche tenía la pelota mas era el Celta el que producía el riesgo. Gabri Veiga, que entró en el partido en modo irreprimible, sedujo el segundo tras otra impresionante acción en la que quebró la cintura a Bigas. El porriñés ganó el área muchacha y enfiló la portería mas se confundió en la finalización. Optó por disparar con poco ángulo en vez de ceder el balón a Aspas, que venía solo desde atrás, y Edgar Badía terminó desviando la pelota.
La mejor ocasión del Elche la protagonizó el excéltico Lucas Floté en una acción a balón parado. El argentino se libró de la marca de Paciencia para cabecear prácticamente en plancha en el punto de penalti un centro de falta de Mascarell que se perdió muy cerca del poste derecho del portal de Marchesín. Un alivio para el Celta, que volvía a presentar fisuras a balón parado.
Camino del intermedio, volvió a aparecer Veiga para marcarse una increíble galopada con autopase que le llevó a solas al filo del área franjiverde. El porriñés, no obstante, llegó algo fatigado a los últimos metros y no precisó el disparo, que se fue a las manos del portero.
Tras el reposo, Carvalhal cambió a Larsen por Paciencia y el Celta se desató, no tanto por la entrada el noruego, menos incisivo ayer de noche en el juego que el portugués, sino más bien pues el conjunto celeste halló espacios para conjuntar y correr. Entre el minuto 48 y el 56, el conjunto vigués tuvo múltiples ocasiones para sentenciar el encuentro.
Aspas trató de asombrar desde lejos a Badía, que estaba adelantado, con un globo que por último no halló puerta, mas hizo contener el aliento al Martínez Valero. El Elche contestó con un buen disparo de Gumbao desviado con solvencia por Marchesín y después el Celta llegó en aluvión, primero con disparo de Aspas desde la frontal que llevaba veneno y Badía sacó con lucimiento y, prácticamente ahora, con un impresionante testarazo de Mallo que el portero catalán repelió con otra espléndida intervención, salvando a su equipo.
Parecía el Celta lanzado, mas el conjunto vigués se detuvo de repente, quizás por el hecho de que Machín cambió el esquema, cerrándole la posibilidad de contra. El Elche demandó entonces la pelota y el partido entró en una suerte de limbo. El equipo vigués cedió terreno, el contrincante (con más inercia que tiento) empujó con todo cuanto le quedaba y a los celestes no les quedó otra que sacar la bomba de achique para preservar el beneficio.
El Elche rigió el partido, mas lo hizo sin gran sensación de riesgo, colgando balones al área o procurando asombrar en una acción de pelota detenida. El Celta se defendió con criterio. Los centrales celestes estuvieron impecables, en especial Aidoo, que dictó un curso de solvencia protectora y apagó el menor contado de incendio, bien para anticiparse en velocidad al atacante, bien para cerrarle el paso o para sacar de cabeza cualquier balón que pudiera hallar rematador. La expulsión de Bigas por patear a Iago hizo el resto. Carvalhal ya tiene su primera victoria.