Al terminar el partido entre Celta y Girona, y tras animar de principio a fin como había pedido Iago Aspas en la víspera, una parte de la afición mostró su malestar por la situación del equipo. Y el blanco de las críticas fue el palco, donde se hallaba el presidente, Carlos Mouriño. Además de silbidos, pudieron escucharse chillidos de «Mouriño, vaite xa» desde la grada de animación y otros ámbitos del estadio.

A su salida del estadio, acompañado por Marián Mouriño, el máximo accionista el Celta fue reprendido asimismo por ciertos apasionados y escoltado hasta su vehículo. Abandonó el estaio bajo la protección de un cordón de seguridad al acabar el duelo, en un entorno de tensión e insultos contra él y su hija, CEO del proyecto Galicia Sports 360 que están edificando en Mos.

La afición había contestado al llamamiento del club y de sus capitanes, con una entrada de 14.117 espectadores, la segunda mejor en un partido disputado fuera del fin de semana tras la del duelo de ida frente al próximo contrincante, el Cádiz. Aquel compromiso se había disputado en el mes de septiembre ante 14.510 apasionados, mas en viernes.

A la conclusión del partido, además de esto, la mayoría del plantel se aproximó a la grada de animación, como acostumbra a hacer para dar las gracias el apoyo, y dialogó con ciertos apasionados allá presentes.

Luis de la Fuente prosiguió en riguroso directo el partido entre el Celta y el Girona. El seleccionador viajó a Vigo para poder ver a los jugadores de los dos equipos. En el caso del céltico, Iago Aspas, al que llamó en su primera convocatoria, apenas pudo jugar por mor de su lumbalgia. Gabri Veiga, que había con la sub-21, podría ser otro de los hombres a continuar. El Girona asimismo tiene múltiples jugadores emergentes.