Un Barça a medio gas y con la segunda unidad hizo que el Cádiz CF volviese a la cruda realidad (0-1). Esta vez la jornada se presentaba favorece tras los resultados de los contrincantes directos, mas ni por esas. Se procuró, sí, mas se probó que lo que hay no da para ganar a un Barça en versión light. Perder frente al equipo de Xavi entra en las quinielas, mas el margen de fallo ya es cada vez menor. Tan pequeño que prácticamente ni se deja un tropiezo en frente de un equipo como el Barça. Especialmente cuando Gerona y Real Madrid volverán a poner a prueba a los cadistas en las próximas semanas.

A Cádiz llegó un Barça irreconocible en la alineación. Tras la victoria en el Parque de los Príncipes solo repitieron 3 hombres: Ter Stegen, Sergi Roberto y el joven Cubarsí, el enorme descubrimiento de la época barcelonista, que volvió a dar señales de zaguero que puede marcar una temporada. El resto estaban en el banquillo o en la Urbe Condal, como ocurría con los sancionados Cancelo y Lewandowski.

El mensaje de Xavi era concluyentes. Tocaba continuar combatiendo por el título liguero (a once puntos tras la victoria del Real Madrid en Mallorca, que volvió a quedarse en 8 al final del encuentro) con la segunda unidad pues lo que prima es el Champions. Especialmente cuando cerca están las semifinales. Algo impensable hace unas semanas. Y todo ello con la visita liguera al Santiago Bernabéu a las puertas.

Y eso deseaba aprovechar el Cádiz CF, que además de esto comenzaba la cita con la calma (por decir algo) de saber que sus contrincantes directos no cumplían. A las derrotas de Celta y Mallorca se unía el empate del Rayo. La jornada era favorece y hasta el empate no era un duro castigo si venían mal dadas. Mas puestos a solicitar...

Y en esas apostó Mauricio Pellegrino por un once muy semejante al que ganó al Granada ya antes del parón. Solo Ousou relevó a Fali y Álex al lesionado Kouamé. Hasta repitió arriba Chris Ramos al lado de Juanmi, teniendo los recuperados Roger Martí y Maxi Gómez que aguardar su ocasión.

La escenificación fue algo tímida por una y otra parte. Ninguno expuso, absolutamente nadie puso en aprietos al contrincante hasta el momento en que Javi Hernández hizo sacar los puños de Ter Stegen pasados los 20 minutos. Era mucho lo que estaba en juego y cualquier fallo se podía abonar carísimo.

Más sosegado de lo que aguardaba estaba Conan Ledesma, que ni se alteró con los intentos de Vitor Roque, Joao Félix, Sergi Roberto, Fermín y Cubarsí. Hasta el momento en que una genialidad de Joao Félix, especialista verdugo cadista, desequilibró la balanza. El portugués aprovechó un despeje de Álex en un córner para situarse entre los dos laterales del Cádiz CF y hacer de forma gimnástica el 0-1. Más bastante difícil aún.

'O Menino' enfrió al cadismo e inclusive pudo ser peor si Víctor Chust no hubiera aparecido bajo palos para eludir el tanto de Fermín, que había superado a Conan.
Un mazazo el del luso que dejó tan mermado al equipo de Pellegrino que hasta le costó comenzar el segundo periodo con resolución. Ímpetu no faltaba, mas para hacer padecer a este Barça hace falta algo más. Entre otras muchas cosas por el hecho de que el presente no es el anárquico equipo de hace unos meses.

Casualidad o no, fue entrar Maxi Gómez por Chris Ramos y comenzar a apretar el Cádiz CF. Entonces llegó el gol cancelado a Juanmi, un testarazo desviado de Víctor Chust, otro acercamiento del malagueño... Carranza se emocionaba, si bien Joao Félix se ocupaba de informar con otro remate, ahora tras pase de Ferrán Torres, que se iba al lado del poste. Un poste con el que se encontraba poco después.

Fue el instante en el que Xavi, desde la grada por su sanción, comenzaba a dar minutos a los más frecuentes para eludir cualquier atisbo de reacción cadista. Así entraron Koundé, Pedri y Lamine Yamal. Ahí ató el equipo blaugrana un partido en el que el Cádiz CF deseó mas no pudo.