El Elche CF prosigue sin hallar soluciones. Ni mejorando el juego, como lo hizo, sobre todo en el primer tiempo, frente al Atlético de la villa de Madrid la dio para sumar. Al conjunto ilicitano se faltó contundencia en las dos áreas, como anteriormente. Mas la suerte asimismo le prosigue siendo sortea.

El conjunto colchonero era popularmente conocido como el «Pupas», pues toda la mala suerte se cebaba con él. No obstante, ese apodo se le puede asignar, de forma perfecta, al equipo franjiverde.

El Elche pasó de un posible penalti a favor a la expulsión de Gonzalo Verdú. Cuando peor estaban los rojiblancos, tras compensarse los efectivos al ver Mario Bello la segunda tarjeta amarilla, Griezmann aprovechó un rechace conveniente para servir en bandeja el 1-0 a Joao Félix. Y tras tener Pere Milla el empate en un remate de cabeza llegó el 2-0 en una jugada agraciada, en un disparo de Morata la pelota tocó en Mascarell y provocó una parábola que impidió llegar a Edgar Badia. Ni el propio Morata se pensaba que había marcado . Todo en contra.

Pese a que la imagen no fue mala, que se vieron brotes verdes y que enfrente tenía un contrincante de entidad, la realidad del Elche es otra y el día de ayer, en el Metropolitano, se confirmó, una vez más, que si se quiere optar al milagro de la permanencia hacen falta fichajes como el comer.

De salida, Machín decidió situar a Helibelton Palacios en el carril derecho y dar entrada a Diego González en el centro de la defensa al lado de Gonzalo Verdú y Pedro Bigas. Cerró con 5 atrás, dos pivotes (Mascarell y Verdú), mas alineó de salida a 3 delanteros: Pere Milla, Lucas Floté y Roger Martí.

El propósito era presionar arriba para procurar hurtar en campo contrario y los 3 atacantes franjiverdes se regularon realmente bien y cumplieron con nota su función a lo largo del primer tiempo.

En los primeros 45 minutos, el Elche se mostró como un equipo sólido, bien ubicado, con la defensa alta y sin complicarse atrás.

Pese a que Simeone empezó un once infestado de jugones: Griezmaan, Joao Félix, Carrasco, Diego Llorente o el canterano Pablo Distritos, jamás pudo con el entramado protector de los franjiverde.

El primer tiempo fue una guerra táctica, que al estar jugando a domicilio y frente a un contrincante de la enjundia de los colchoneros, ganó Machín. El conjunto ilicitano sacó hasta 4 saques de esquina, por uno de los rojiblancos.

Los porteros eran puros espectadores. Edgar Badia solo debió intervenir en una salida de puños en un balón filtrado al área de Griezmann. Joao Félix sacó a resplandecer su calidad y, tras una jugada individual, procuró un disparo desde la frontal del área, que salió rozando el poste. Fue el único bagaje ofensivo del Atlético en la primera tarde.

El Elche llegó en contadas ocasiones, mas lo hizo con osadía. tuvo sus opciones en los balones aeros y en un par de lanzamientos lejanos de Pere Milla y de Raúl Guti.

En la recta final del primer periodo se generaron dos jugadas determinantes. Primero, el árbitro, el abalear Cuadra Fernández, comprendió como falta anterior una acción que acabó con unas manos de Marcos Llorente, que pudo ser penalti.

Y inmediatamente antes de llegar al reposo, Gonzalo Verdú obstruyó a Morata en un forcejó cuando el delantero franjiverde se iba de cara a puerta. Cuadra Fernández tampoco apuntó nada. Mas, desde el VAR, el catalán Medié Jiménez le advirtió que revisase la jugada. Tras revisar las imágenes de TV, corrigió, apuntó falta al filo del área y expulsó al capitan franjiverde con roja directa.

El Elche soportó hasta el reposo con un valioso empate a cero. No obstante debía encarar todo el segundo tiempo en inferioridad numérica.

La segunda parte, como se preveía, empezó con claro dominio del Atlético. Machín no efectuó cambios, pese a estar con diez, y decidió por un sistema 4-4-1 para intentar contener la avalancha rojiblanca.

Tras dos buenas acciones rojiblancas, el árbitro le mostró dos tarjetas amarillas, en apenas 4 minutos, a Marío Bello. Justas, como la expulsión de Verdú, con el reglamento en la mano.

El partido se volvía a compensar en lo que se refiere a efectivos en el campo. El conjunto de Simeone ya no dominaba tanto. Mas en una jugada apartada sacó a resplandecer su calidad. Un centro de Llorente lo remató Griezmann, Diego Gonzaléz lo taponó y el rechace le cayó al francés, que le puso la pelota en bandeja a fin de que Joao Félix, de cabeza, inaugurara el marcador (1-0).

El gol lo apreció el Elche. Aún así procuró estirarse. Machín dio entrada a Ponce y Collado por Floté y Roger. Y en el minuto 71, Pere Milla no aprovechó un buen centro de Helibelton Palacios y el esférico salió rozando el poste. Puso ser el empate y mudar la activa del encuentro.

Solo dos minutos después, el Atlético sentenció el choque. Morata, muy activo toda la noche, protagonizó una enorme acción. Se fue de Bigas, regateó a Clerc y su disparo se vio ayudado por el toque de Mascarell, que llegó para taponar, con la mala fortuna de que el balón hizo una parábola y se fue en el fondo de la red sin que Edgar Badia lo pudiese despejar. Aun, el delantero rojiblanco, que se había quedado en el suelo y no vio la finalización de la jugada, cuando sus compañeros le felicitaron, preguntaba si había sido suyo el gol, por el hecho de que no se lo creía.

Machín se la jugó a la agobiada. Puso en el campo a Fidel, Quina y Tete Morente. Bigas tuvo la ocasión de meter al Elche en el partido, en el 89, mas Oblak efectuó una enorme parada. Quina fue expulsado, por doble amarilla, cuando apenas llevaba 7 minutos en el campo.

El encuentro estaba resuelto y ya no hubo tiempo para más. Nueva derrota, en un caso así presumible, por el contrincante. Y desde este momento ya no hay disculpas. Llega la auténtica liga del Elche y solo vale ganar. Y Bragarnik asimismo debe asistir trayendo fichajes.