Quinta jornada sucesiva sin ganar del Celta y cuarta derrota en esta serie. El equipo proseguirá una semana más anclado en la zona baja de la clasificación, aun con la posibilidad de caer a zona de descenso. Prosigue mermando el margen para maniobrar de Eduardo Coudet, con el parón por el Mundial a dos jornadas de distancia. Cierto que el encuentro frente al Almería quedó marcado por la discutida expulsión por roja directa de Gabri Veiga, que exactamente había abierto el marcador escasos minutos ya antes con un golazo.
El partido que se desarrolló hasta la expulsión fue activo, con dos equipos buscándose de forma abierta si bien con escasa claridad en los últimos metros. No la tuvo Carles en una contra, al no ver que Larsen galopea a su lado, y tampoco parecía haberla en la combinación del minuto 25. Veiga, prácticamente parado, engatilló con potencia y colocación desde la frontal para adelantar a los celestes.
Poco después se truncó el planteamiento céltico. Robertone quitó el balón a Veiga del pie y este le pisó el gemelo. Pareció producto de la acción, buscando donde posar el pie o de forma irresponsable, en cualquier caso. El VAR, al cargo de Martínez Munuera, aconsejó la revisión y Del Cerro Grande interpretó el pisotón como voluntario. El joven canterano abandonó el campo descompuesto.
El Celta soportó bien hasta el reposo, sin cambios ni prácticamente dificultades. Coudet retiró entonces a Carles Pérez, que había sido novedad en el once, y a Larsen a cambio de Cervi y Tapia. Pensaba en fortalecer el trabajo protector para soportar de forma numantina. Su dispositivo apenas soportó 15 minutos. El Almería remontó, aprovechando una pérdida primero y después con un disparo agraciado desde la frontal.
El Celta lo procuró hasta el final, amparándose en la imaginación de Aspas. Dispuso de un par de ocasiones de Fran Beltrán, si bien la más clara hubiese sido cancelada por fuera de juego, y de centros colgados que jamás hallaron rematador. Pecados propios, discutidas resoluciones arbitrales e siniestros se han conjurado a fin de que la época haya empezado a torcerse de forma alarmante.
Poco después se truncó el planteamiento céltico. Robertone quitó el balón a Veiga del pie y este le pisó el gemelo. Pareció producto de la acción, buscando donde posar el pie o de forma irresponsable, en cualquier caso. El VAR, al cargo de Martínez Munuera, aconsejó la revisión y Del Cerro Grande interpretó el pisotón como voluntario. El joven canterano abandonó el campo descompuesto.
El Celta soportó bien hasta el reposo, sin cambios ni prácticamente dificultades. Coudet retiró entonces a Carles Pérez, que había sido novedad en el once, y a Larsen a cambio de Cervi y Tapia. Pensaba en fortalecer el trabajo protector para soportar de forma numantina. Su dispositivo apenas soportó 15 minutos. El Almería remontó, aprovechando una pérdida primero y después con un disparo agraciado desde la frontal.
El Celta lo procuró hasta el final, amparándose en la imaginación de Aspas. Dispuso de un par de ocasiones de Fran Beltrán, si bien la más clara hubiese sido cancelada por fuera de juego, y de centros colgados que jamás hallaron rematador. Pecados propios, discutidas resoluciones arbitrales e siniestros se han conjurado a fin de que la época haya empezado a torcerse de forma alarmante.