El Manchester City está irrefrenable. Su última víctima fue un Southampton de capa caída que, como otros tantos, salió goleado (4-0) y prácticamente sin entrenador, por el hecho de que Hassenhüttl está en el alambre y podrían haber cambios de forma inminente. Se puede decir que los 'saints' jugaron el partido por dos motivos. Primero, pues así lo ponía en el cartelón y segundo por el hecho de que de no ser por Bazunu, que estuvo genial bajo palos, la tunda habría sido de órdago.

Y no por el hecho de que otra vez Haaland estuviese inspirado, si bien en un partido algo más mediocre volvió a marcar, sino más bien por la tremenda superioridad que probaron los de Pep Guardiola.

El nombre propio del partido fue Joao Cancelo. O la versión que ha creado el técnico catalán del futbolista luso, que a día de hoy es el mejor lateral, tanto izquierdo como derecho, del planeta. Actuó de carrilero, por el hecho de que hubo una línea de 3 atrás, y eso le dio alas para ser un puñal afilado incesante por el costado izquierdo. Primero decidió dar dos deliciosas asistencias a Mahrez, que este no supo aprovechar, y en la tercera creyó que esa era para él. Y vaya si lo era. Enfrentó, recortó sentando a Walker-Pieters y la trató tal y como si de Ronaldo Nazario se tratara (20').

Con el beneficio prosiguió la exhibición de ocasiones, con Bazunu sacando agua y hasta el palo, que evitó el tanto de Haaland. Ya antes, eso sí, Foden ya se la había picado por encima al meta en un codo con codo para poner más ventaja (32').

Aunque en el resto del primer tiempo el City pareció firmar una tregua, fue momentáneo. Tomó aire el equipo de Pep Guardiola y volvió a la carga con fiereza. Tanto, que a a los 4 minutos de la segunda Mahrez probó que a la tercera va la vencida (49'). Fue entonces el turno de buscar a Haaland, que no se desesperó hasta lograr el gol, asistido por Cancelo tras una bonita jugada con De Bruyne (65') que sirvió para iniciar el carrusel de cambios y guardar otros 3 puntos más de un City que lo quiere todo esta temporada.