Se lo solicitó afablemente la directiva del Liverpool y Jürgen Klopp accedió. Había que resguardar la imagen del club y del jugador por el que pagaron 100 millones de euros este verano, le afirmaron. El adiestrador entendió el mensaje y volvió a poner a Darwin Núñez de titular por vez primera en la Premier desde la visita a Craven Cottage en la jornada inaugural, el 6 de agosto. Sucedió el día de ayer en el Emirates, sede del Arsenal, el equipo que había dirigido la Premier a lo largo del último mes.
El resultado fue una doble confirmación. Se confirmó la pujanza del Arsenal, que llevó la iniciativa hasta lograr la victoria (3-2) y encaramarse a la cabeza de la tabla con 24 puntos, uno más que el City; y se confirmó la patentiza de que a Núñez le cuesta integrarse en un equipo que tenía una identidad identificable hasta el momento en que llegó .
Fue una tarde de contradicciones ideológicas. Ni Klopp ni Arteta propusieron el partido haciendo aquello que por principio habían hecho en años precedentes. Primero pues Mikel Arteta, el adiestrador del Arsenal, ha resuelto tras 3 temporadas de experimentación con dobles pivotes que la única vía que hace medrar a su equipo discurre por el 4-3-3, en concordancia con el manual que aprendió como asistente de Guardiola en el City.
Thomas Partey ofició de único mediocentro y en las diagonales se desplegaron Odegaard y Xhaka. Con Gabriel Jesús dando lecciones en el arte del falso 9 el Arsenal se comió al Liverpool, que se desplegó contra todos y cada uno de los dogmas de Klopp en un esquema de 4-2-3-1. Con Henderon y Thiago formando un doble pivote imposible, y Jota, un atacante sin título de administración, en la mediapunta, obLigado contra su naturaleza a administrar los tiempos de las maniobras. La presencia de Núñez en la punta coronó un artificio destinado a cualquier cosa menos a brindarle al Liverpool el control del partido.
“Desafortunadamente no vamos a poder ser Campeones de esta Premier”, confesó Klopp la víspera de viajar a Londres. Lo afirmó con la amargura que caracterizan sus comparecencias públicas desde este verano, cuando le preguntaron de ser posible remontar los 14 puntos que le apartan del líder tras 8 jornadas. Mas tal vez había otra carga de profundidad oculta en las palabras incrédulas de Klopp. Pues conforme fuentes cercanas al club del Mersey, el técnico se discute en un incendio de múltiples focos. Fue quien apostó por fichar a Núñez y absolutamente nadie mejor que sabe que el gasto producido ha dejado inválido al equipo que a lo largo de 7 años desafió la dominación del City. Ahora que Klopp se ha dado cuenta de que Núñez no le sirve, los dueños del club le sugieren que debe hacerse responsable, por lo menos, de cuidar que no se pierda todo el capital invertido.
Forzado al malabarismo, el adiestrador se ideó este 4-2-3-1 con Núñez oficiando de 9 tanque, desconectado del juego, ignorado por sus compañeros hasta para darle la pelota cuando parecía solo, inútil de cooperar en la preparación y solamente presente en el instante en que empujó a gol el centro de Díaz. El 1-1 fue la manifestación de todas y cada una de las contrariedades de Saliba y Magalhaes para virarse veloz. Si en toda la Premier hay dos centrales a los que Núñez puede castigar, son la pesada pareja del Arsenal.
El Liverpool vivió a remolque del Arsenal desde el instante en que salió del vestuario. Corría el minuto uno cuando Martinelli aprovechó la descoordinación en la cobertura de Thiago y Henderson. El 1-0 expuso el desajuste del Liverpool en un esquema al que no está habituado.
Los visitantes jugaron a subsistir frente a un Arsenal en fase de maduración. Xhaka y Odegaard no siempre y en toda circunstancia estuvieron metidos mentalmente en el partido. Arteta aún tiene mucho trabajo por delante y, con todo, su equipo tocó 46 veces la pelota en el área del Liverpool. Más que en sus precedentes 5 partidos de Premier. Por mérito propio y por deméritos de un contrincante que pareció desposeído de su identidad futbolística.
Solo el City, en 2019, dio más toques (48) en el área del Liverpool de Klopp, que se hunde en el 11º puesto, 5 puntos bajo el United, donde hasta Cristiano volvió a marcar. El portugués hizo su primer tanto de la época, el 700 de su carrera, frente al Everton, a pase de Casemiro.
Fue una tarde de contradicciones ideológicas. Ni Klopp ni Arteta propusieron el partido haciendo aquello que por principio habían hecho en años precedentes. Primero pues Mikel Arteta, el adiestrador del Arsenal, ha resuelto tras 3 temporadas de experimentación con dobles pivotes que la única vía que hace medrar a su equipo discurre por el 4-3-3, en concordancia con el manual que aprendió como asistente de Guardiola en el City.
Thomas Partey ofició de único mediocentro y en las diagonales se desplegaron Odegaard y Xhaka. Con Gabriel Jesús dando lecciones en el arte del falso 9 el Arsenal se comió al Liverpool, que se desplegó contra todos y cada uno de los dogmas de Klopp en un esquema de 4-2-3-1. Con Henderon y Thiago formando un doble pivote imposible, y Jota, un atacante sin título de administración, en la mediapunta, obLigado contra su naturaleza a administrar los tiempos de las maniobras. La presencia de Núñez en la punta coronó un artificio destinado a cualquier cosa menos a brindarle al Liverpool el control del partido.
“Desafortunadamente no vamos a poder ser Campeones de esta Premier”, confesó Klopp la víspera de viajar a Londres. Lo afirmó con la amargura que caracterizan sus comparecencias públicas desde este verano, cuando le preguntaron de ser posible remontar los 14 puntos que le apartan del líder tras 8 jornadas. Mas tal vez había otra carga de profundidad oculta en las palabras incrédulas de Klopp. Pues conforme fuentes cercanas al club del Mersey, el técnico se discute en un incendio de múltiples focos. Fue quien apostó por fichar a Núñez y absolutamente nadie mejor que sabe que el gasto producido ha dejado inválido al equipo que a lo largo de 7 años desafió la dominación del City. Ahora que Klopp se ha dado cuenta de que Núñez no le sirve, los dueños del club le sugieren que debe hacerse responsable, por lo menos, de cuidar que no se pierda todo el capital invertido.
Forzado al malabarismo, el adiestrador se ideó este 4-2-3-1 con Núñez oficiando de 9 tanque, desconectado del juego, ignorado por sus compañeros hasta para darle la pelota cuando parecía solo, inútil de cooperar en la preparación y solamente presente en el instante en que empujó a gol el centro de Díaz. El 1-1 fue la manifestación de todas y cada una de las contrariedades de Saliba y Magalhaes para virarse veloz. Si en toda la Premier hay dos centrales a los que Núñez puede castigar, son la pesada pareja del Arsenal.
El Liverpool vivió a remolque del Arsenal desde el instante en que salió del vestuario. Corría el minuto uno cuando Martinelli aprovechó la descoordinación en la cobertura de Thiago y Henderson. El 1-0 expuso el desajuste del Liverpool en un esquema al que no está habituado.
Los visitantes jugaron a subsistir frente a un Arsenal en fase de maduración. Xhaka y Odegaard no siempre y en toda circunstancia estuvieron metidos mentalmente en el partido. Arteta aún tiene mucho trabajo por delante y, con todo, su equipo tocó 46 veces la pelota en el área del Liverpool. Más que en sus precedentes 5 partidos de Premier. Por mérito propio y por deméritos de un contrincante que pareció desposeído de su identidad futbolística.
Solo el City, en 2019, dio más toques (48) en el área del Liverpool de Klopp, que se hunde en el 11º puesto, 5 puntos bajo el United, donde hasta Cristiano volvió a marcar. El portugués hizo su primer tanto de la época, el 700 de su carrera, frente al Everton, a pase de Casemiro.