El Milan saca una ventaja mínima para la vuelta en Nápoles (1-0)

Primero subsistió, después golpeó y, al fin, resistió el Milán para ganar al Nápoles y acercarse a unas semifinales de Champions que no juega desde 2007, cuando levantó su última orejona. Lejos de aquel nivel, el equipo se envolvió en oficio para medrar en un partido que le forzó a padecer. Si hay que estrenarse en los cuartos de la máxima competición continental que sea con las herramientas que mostró el Nápoles solamente salir al campo, valiente, con personalidad y mando, sin oratorias, ajustado para presionar al Milán en 3 cuartos de campo y buscar un gol que no llegó.

Ya antes del primer minuto, Calabria sacó bajo palos un remate de Kvaratskhelia. Mediada la primera parte la estadística mostraba 8 remates visitantes, ninguno local. A esa altura ya era evidente la ausencia de Osimhen, el sensacional delantero nigeriano que está lesionado. Le faltó su colmillo al Nápoles. Otros lo mostraron.

El primer remate del Milán, al borde de la media hora, se fue a medio palmo del palo tras galopada de Rafael Leão. Fue una cuestión de exuberancia, mas ahí quedó el aviso que activó al Milán. El cuadro de San Siro ya había entendido cuál era el partido que debía jugar y otra conducción, esta vez de Brahim Díaz, le llevó al gol ya antes del reposo.

Bennacer ejecutó a Meret. Poco después Kjaer remató un córner al larguero y el Nápoles se fue a la caseta preso de una paradoja: podía estar con un pie fuera de la competición a pesar de saberse superior.

El Nápoles retornó para imponer su dictado, mas San Siro ya era una trinchera. Concedió menos el equipo rojinegro, aliviado cuando con veinte minutos por jugar el Nápoles se quedó sin Patizambo Anguissa, expulsado. En esa situación, Spalletti se tapó, relevó a Kvaratskhelia por Ndombelé. Pareció firmar la derrota mínima, mas ni ahí cejó el Nápoles, que con la reserva forzó a Maignan hasta el final para salvar el beneficio Milanista.

TiroAlpalo